Recién comienza el invierno y las salas de urgencia están colapsadas con virus respiratorios. Una escena que se repite en la mayoría de los centros asistenciales del país y que ha impactado con mayor fuerza en menores y lactantes.

A este complejo escenario sanitario se suma la escasez de medicamentos, sobre todo los de uso pediátrico, situación que tendría origen en la falta de stock desde los laboratorios que los distribuyen y por el aumento de su consumo para frenar enfermedades asociadas a virus respiratorios como el sincicial. Fármacos para la tos, medicamentos que contienen paracetamol u otros analgésicos son los que se han hecho más difíciles de encontrar.

Si bien la situación es difícil, existen alternativas que pueden ayudar a sobrellevarla. Una buena recomendación es que, en la consulta médica, las mamás, papás o pacientes soliciten al especialista que en la receta incluya el nombre del componente activo que está siendo recomendado y así tener la posibilidad de acceder a una tríada de alternativas: Medicamento de marca, bioequivalente y genérico.

El fármaco bioequivalente es, según la definición del ISP, un medicamento que, de acuerdo con estudios científicos, tiene el mismo efecto que el producto original, por lo que pueden ser intercambiados. Su eficacia está certificada por la autoridad. En tanto el genérico, es una copia del medicamento original que, tras estudios clínicos, se acredita su seguridad y eficacia para el paciente.

En caso de que la indicación médica no lo incluya, puede acercarse al químico farmacéutico y preguntarle cuáles son las opciones que están disponibles. Este profesional tiene el conocimiento para sugerir soluciones que sean una buena alternativa para su salud y también para su bolsillo.

Estas recomendaciones por un lado facilitarán su proceso de compra ante las dificultades de stock, pero lo más importante es que extiende el abanico de fármacos que pueden ser una muy buena solución para enfrentar de buena manera las enfermedades estacionales.

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