Pese a que en Chile la salud dental de niñas y niños es parte de las políticas públicas (pertenece al programa Chile Crece Contigo), la última Encuesta Nacional de Salud de 2021 reveló que el 62% de los menores que superan los 12 años sufre de caries: 2 de cada 10 las tiene a los dos años, mientras 5 de cada 10 a los cuatro. El panorama no difiere del global; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 60% y el 90% de los niños en edad escolar presenta daño en la superficie o esmalte de un diente.

Una adecuada salud bucal desde la infancia dependerá siempre de una serie de factores, donde los controles habituales -al menos cada seis meses- son determinantes. Muchas personas, por ejemplo, no saben que la primera consulta dental de los niños debe ser al momento en que brota su primer diente, eso entre los 6 meses y un año de vida.

Las visitas tempranas, y luego recurrentes al dentista, permiten educar a los adultos y a los niños respecto al cuidado de los dientes; los primeros entenderán por qué deben evitar ciertos hábitos alimenticios e incorporar otros, como el de la higiene, mientras que los más pequeños irán adquiriendo de a poco la confianza necesaria con el especialista.

Es normal que durante las primeras consultas no todo resulte tan simple y expedito, algunos niños pueden rechazar la situación, llegando a no querer abrir la boca o incluso a llorar por sentir algo de incertidumbre. Ante esto, los adultos solo debemos transmitir paciencia, tranquilidad y generar en los niños un ambiente de seguridad, familiarizándolos con la consulta, los insumos e incentivándolos por el cuidado de unos dientes sanos.

La educación sobre el tema es valiosa; muchas veces la falta de datos facilita el espacio para desinformaciones, como que los dientes de leche no son importantes, las caries no son graves, el cepillado no es obligatorio o que los niños no deben ir al dentista hasta que sean mayores.

Los dientes de leche cumplen un propósito muy importante como marcadores de posición en las bocas en crecimiento durante los primeros años de desarrollo. Las caries, por su lado, provocan dolor y molestias e incluso absceso si no se tratan, ellas contienen bacterias que pueden diseminarse al torrente sanguíneo y afectar a la salud general.

Hacia el fin de evitar daños o patologías, entrego los siguientes consejos: Hasta los 9 años, padres, madres y tutores deben empezar a cepillar los dientes de sus hijos tan pronto como aparezcan, por lo que el cepillado debe ser al menos dos veces al día; usar un cepillo dental con cabeza pequeña y cerdas suaves, algo que siempre digo en consulta es que más allá de marcas o precios, el mejor cepillo es el que más les guste a los niños, ya sea eléctrico o con monitos; usar pasta con fluorada de más de 1000 partes de flúor desde que erupciona el primer diente; el lavado debe durar entre dos a tres minutos y por mientras podemos escuchar la canción favorita del niño o la niña. Por último: el cepillo se debe utilizar seco y una vez concluido el cepillado, no hay que enjuagar la boca; los cepillos se deben cambiar cada tres meses, o al verlos dañados.

Cabe mencionar que si los niños han estado enfermos, se recomienda cambiar el cepillo, ya que pueden quedar bacterias o gérmenes. Por otro lado, el hilo dental contribuye a una mejor higiene y se recomienda desde los dos años en adelante. Es importante que un adulto realice este proceso.

Marcela Toledo, odontóloga de la clínica dental CEO del Business Center Puertas de Chicureo.

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