Muchos de los impactos del calentamiento global ya son “irreversibles”. Así de categórica fue la última evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU sobre los efectos del calentamiento global, agregando que más del 40% de la población mundial es “altamente vulnerable”.

Esta noticia nos llega precisamente cuando celebramos marzo como mes del agua, para recordar la relevancia de este recurso esencial que hoy se ve amenazado por las sequías y otros fenómenos que se están volviendo más frecuentes por la crisis medioambiental. Chile arrastra hoy 13 años de sequía y las estimaciones del Gobierno indican una reducción en la disponibilidad de agua a nivel nacional de entre 10% y 37% en comparación con hace 30 años.

Existe la esperanza de que si el aumento de la temperatura se mantiene por debajo de 1,5 grados Celsius, pueden reducirse las pérdidas proyectadas. Pero hay que aclarar que este es un objetivo que no va a lograrse sin el esfuerzo mancomunado de todos los países, industrias, empresas y sectores económicos.

Pensemos por un momento ¿Quiénes se están ocupando hoy de generar soluciones al problema de la escasez del agua? El problema está presente en la agenda del sector agroindustrial -una de las actividades que más agua consume, con alrededor de un 70%-, pero las acciones que se están llevando a cabo para mitigar este impacto y generar cambios en torno al uso del agua no siempre son conocidas por todos, lo que impide sumar a más actores a estas iniciativas y crear círculos virtuosos.

Actualmente existen diversas herramientas tecnológicas certificadas para la generación y el procesamiento de datos de huella hídrica en la producción agrícola, indicador medioambiental que define el volumen total de agua utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos. El objetivo principal de esta tecnología con enfoque sustentable es promover el uso eficiente del agua para mitigar la escasez ¿Cómo lo hacen? Con la ayuda de softwares, big data e Inteligencia Artificial que estudian las necesidades específicas de riego de cada productor y diseñan un plan de trabajo customizado que entrega soluciones tangibles para los agricultores, como la mejora en el rendimiento del riego hasta un 30% y el aumento de la eficiencia en el uso del agua hasta en un 70%.

El informe de la ONU advierte que los lugares donde la gente vive y trabaja pueden dejar de existir, que los ecosistemas y las especies que conocemos pueden desaparecer. Por eso es importante que los productores agrícolas y la cadena completa de abastecimiento colaboren en el cuidado del recurso hídrico e incorporen buenas prácticas dentro de su trabajo diario, porque la agricultura es y seguirá siendo una actividad esencial para el desarrollo de la vida humana.

Sabemos que la escasez es una amenaza real, pero si trabajamos para optimizar su uso -no sólo este mes, sino de manera permanente-, puede ser una oportunidad para que todos valoremos el agua y comencemos a consumirla de forma responsable. La tecnología y la agricultura ya han demostrado que tienen puntos en común y que son fundamentales en la protección del planeta y las personas.

Andrea Ramos, country manager Kilimo en Chile.

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