Las pymes son conocidas como el motor de la economía por su contribución a la estabilidad de los países. Representan una mezcla de habilidades empresariales, innovación y creación de nuevos puestos laborales. En Chile, el 60 % de las empresas son pequeñas y medianas, y hasta un 70% de la mano de obra se encuentra en este sector. Pero las leyes comerciales en la práctica son muy desiguales con las grandes empresas.
El denominador común de los emprendedores o pymes se resume en conseguir el objetivo dentro del primer año. Sin embargo, los pequeños fabricantes de productos tienen muchas dificultades para llegar a las estanterías de las grandes cadenas de distribución. Naturalmente los proveedores ven como principal canal de distribución estas salas de venta debido al flujo.
A diferencia de las grandes organizaciones, las más pequeñas tienen dificultades para abastecerse de productos procedentes de todo el mundo, de modo que no se les garantiza que tengan acceso a los suministros durante todo el año ni que puedan mantener sus estanterías llenas.
A las empresas de nueva creación también les resulta complicado obtener contratos favorables con múltiples proveedores, los que están limitados muchas veces por el impacto del mal tiempo en sus cultivos (clima) y por el cambio de los precios de los productos básicos.
Los supermercados hoy no trabajan de acuerdo a las estaciones. Si un producto se vende bien pero tú no puedes satisfacer las necesidades de inventario de las tiendas, ellas te quitan el producto. Y, una vez que estás fuera de su cartera de clientes, es difícil volver a entrar. Para el gran retail, no tiene sentido guardar espacio en las estanterías si tú no puedes proveerles a lo largo del año.
Hoy el trato desigual es dado por el ejercicio de poder de los supermercados en relación a las dependencias económicas generadas en la industria proveedora, limitando los cobros y peor aún, empujando a dos escenarios a los proveedores, muchas de ellas pymes; frente a la prestación de servicios y asociación de descuentos proporcionales al precio de compra.
Otro problema se presenta en las salas de venta cuando los proveedores de grandes marcas tienen sus propios reponedores, pero los medianos y pequeños dependen de los reponedores que tenga el supermercado., En ese punto, las pymes muchas veces están a ciegas, porque no tienen forma de saber si reponen con la periodicidad requerida.
¿Cómo hemos llegado a esto? La falta de regulación ha sido el principal vector de las malas prácticas que tienen los grandes conglomerados con sus proveedores. Esa misma flexibilidad ha contribuido a la concentración de los mercados, que hace que las negociaciones entre oferentes y compradores sean mucho más complejas y desequilibradas.
La disputa entre proveedores y las grandes cadenas de supermercados no es nueva. En otros países ya se ha instaurado la llamada ley de góndola como una medida para proteger a las pymes y a los consumidores de un pago justo.
Esa es la génesis de Korb, ya que nace como una apuesta de pymes y para pymes, buscando un espacio de igualdad para que los traumas dados por el gran retail, el pago y los plazos sean vicio de otros. La experiencia de compra para consumidores sea de verdad un logro dado por los productos importados, así como la relación con los distintos proveedores que forman parte de este proyecto.
Ursula Tiselj
Fundadora de Korb