Una reciente campaña lanzada por una fundación sin fines de lucro que funciona como establecimiento de larga estadía para personas mayores invita a “ponerse en sus pantuflas”, bajo el argumento de que “ocho de cada diez mayores necesitan cuidados especiales, terapia y medicamentos”.

Es comprensible la necesidad de dicha entidad de recaudar fondos para cumplir con su rol, sin embargo, nos parece cuestionable que sea, precisamente, un organismo que trabaja con estas personas el que no sólo pierda la oportunidad de utilizar las herramientas publicitarias para ayudar al cambio cultural respecto de la forma en que nuestro país debe atender y entender la vejez, sino que, además, contribuya a la promoción de estereotipos negativos en torno a ella.

Claro ejemplo de ello es el uso de las “pantuflas” -de uso común para cualquiera- pero que en este caso se emplea para asociar el concepto de persona mayor con alguien que permanece en cama, postrado, que ya no usa “zapatos”, es decir, es inactivo, no sale de casa, no produce.

También discutible son las cifras que entrega el anuncio que no se condicen con el Estudio Nacional de dependencia de las personas mayores (Senama y U. de Chile año 2010), que establece que cuatro de cada cinco personas de 60 y más años son autovalentes y autónomas.

Lo antes expuesto entra en la categoría de maltrato estructural y societario, ya que ayuda a perpetuar ante la opinión pública una serie de prejuicios respecto de lo que significa llegar a esta etapa de la vida. Además, va en franca contradicción con los esfuerzos impulsados para posicionar a los adultos mayores como sujetos de derecho –y no de asistencialismo-, el más reciente de ellos, la entrada en vigencia en Chile hace poco más de un mes, de la Convención Interamericana sobre la protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que reconoce como principio rector la valorización de la persona mayor, su papel en la sociedad y contribución al desarrollo.

Instamos a que todos los mensajes que involucran algunos aspectos de la vejez –en particular aquellos emanados de organizaciones que se vinculan a ellos-, presenten una imagen positiva y puedan destacar los invaluables aportes que los “más grandes” entregan a nuestra sociedad desde las más diversas perspectivas.

Ángela Arenas M.
Patricia Rodriguez C.
Sandra Alvear V.
Carolina Riveros F.

Investigadoras del proyecto “El maltrato estructural a las personas mayores en Chile” de la Universidad de Talca.

N. de la R: La campaña a la que hace alusión esta columna pertenece a la Fundación Las Rosas.

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