La periodista Alejandra Matus se refirió a su investigación realizada sobre un eventual aumento en la cantidad de muertos por enfermedades respiratorias durante marzo y abril -que podría asociarse a una consecuencia del Covid-19-, lo que no se reflejaba en los informes oficiales del Ministerio de Salud. En dicha instancia, el Minsal indicó que no eran datos comparables.

En conversación con el programa Podría Ser Peor de La Radio, Matus indicó que “he estado siguiendo la pandemia y mirando lo que ha pasado en distintas partes del mundo. Una cosa que se detectó tempranamente es que los gobiernos en general tienen dificultad para contar bien el número de fallecidos por distintas razones”.

“Si uno sabe el número de personas que ha fallecido producto de la pandemia, puede saber con mayor precisión cuál es la población contagiada, puede proyectar ese número. Las organizaciones internacionales que están trabajando en el control de la pandemia usan esto como un indicador que se considera más preciso y objetivo para ver la realidad de la pandemia”, añadió.

De esta manera explicó que se toma el periodo en que los países están en pandemia y los comparan con un promedio de años anteriores con la mortalidad esperada. Sobre esto, explicó que se aclara “cuántos deberían haber fallecido si se siguen las tendencias normales y cuántos realmente han muerto durante la pandemia. Esa diferencia es lo que se considera como consecuencia directa e indirecta de los contagios”.

Caso chileno

Sobre el caso de Chile, Matus señaló que “me parecía que el reporte de contagios que se daba diariamente obedecía más a la capacidad límite del ISP que al número de contagiados reales. Por ahí me empezaron a hacer ruido los números que mostraba Chile”.

“Ese optimismo chocaba con lo que uno observada que había ocurrido en todos lo países”, añadió. Además, indicó que le llamaba la atención la baja mortalidad que mostraban las estadísticas en Chile, asegurando que “me parecía que había una discordancia ahí”.

Posteriormente relató que en la búsqueda de datos una fuente le dio las cifras de marzo del Registro Civil con respecto al número de fallecidos. “Eso nos permitió junto a mi hermano hacer el ejercicio. Usando las mismas metodologías que se usan afuera, detectamos esta diferencia de 11% de excesos de muerte en marzo comparados con los periodos anteriores”.

Con respecto a la reacción que tuvo el Gobierno tras su investigación, Matus comentó que “si lo miro desde una lógica política, el Gobierno entró a la pandemia con un 6% de aprobación por las razones que todos sabemos y las primeras acciones de control de la pandemia (como la) suspensión de clases, plebiscito, controles en el aeropuerto, la idea que Chile hacía más test que nadie (…) el Gobierno subió en las encuestas con esa gestión. Creo que hubo una actitud defensiva de que eso no fuera cierto o tan preciso. Eso opacó el juicio”.

Matus también reconoció que “es muy bueno que el Gobierno haya reconocido la posibilidad de un subreporte, porque además es una realidad que ha ocurrido en todos los países con pandemia. Es algo que ocurre porque las circunstancias son difíciles, admitir un subreporte no le quita nada, sino que le agrega a la posibilidad de avanzar a un diagnóstico más preciso”.

“Constantemente varía los criterios”

Sobre la cifra de fallecidos entregada durante esta jornada, la periodista señaló que “es inconsistente con las tendencias. El número de fallecidos se relaciona muy firmemente con el número de contagios. Es un porcentaje del número de contagios y según las mismas cifras oficiales los contagios van aumentando y no hay ninguna indicación de los datos que permita suponer que la mortalidad bajó tan drásticamente (…) probablemente tiene que ver con un nuevo criterio de anotación”.

“Ese es otro problema que ha tenido el Gobierno: constantemente varía los criterios con que cuenta los fallecidos, casos activos, recuperados. Todo eso genera confusión y dudas con respecto de la manera en que se están manejando los datos”, añadió.

La periodista también aseguró que “el Gobierno ha tenido una gran inconsistencia en el modo en que presenta los datos. Ha cambiado los criterios varias veces de contabilidad de los distintos aspectos y además no ha entregado a las instituciones que le han pedido los datos en bruto”.

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