Este hito demuestra que en Chile estamos legislando en coincidencia con Europa, algo que nos debe alegrar y exhortarnos a seguir en esta misma senda.

Recientemente el Parlamento Europeo votó a favor de prohibir el uso del término “hamburguesa”, entre otros productos, a aquellos que no contengan carne de origen animal. Los eurodiputados aprobaron por 355 votos contra 247 la medida que busca entregar transparencia y claridad a los consumidores.

En Chile, desde julio de 2023 se encuentra en tramitación en el Congreso Nacional un proyecto de ley de nuestra autoría que tiene la misma finalidad: regular los alimentos simulados para entregar total claridad a las personas respecto a lo que están consumiendo.

En este sentido, la decisión del Parlamento de la Unión Europea confirma que nuestra propuesta va en la dirección correcta. Es más, en Chile estamos siendo pioneros, puesto que nuestro proyecto de ley se presentó hace 2 años.

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La eurodiputada Céline Imart, autora del texto, sostiene que este proyecto “se trata de transparencia y claridad para el consumidor y del reconocimiento al trabajo de nuestros ganaderos”. Por nuestra parte, coincidimos absolutamente con la eurodiputada Imart, porque esta clase de proyectos lo único que buscan es entregar certeza a las personas y, ciertamente, apoyar a nuestros agricultores y ganaderos.

El ejemplo de Europa, continente que agrupa a los países más desarrollados del mundo, nos demuestra que la proposición de políticas que entreguen definiciones y certezas contribuyen al mejoramiento de la libre competencia en los mercados, y a su vez, es una potente señal de fomento a la agricultura y ganadería, que son la base del sustento de la vida humana en el planeta.

Naturalmente este tipo de debates tienen diferentes posturas, y en un sano debate democrático es deseable que se den y se contrasten argumentos, pero al final lo que debe primar es el consenso de que la claridad respecto a los alimentos que consumen las personas es un mínimo básico.

Esperamos sinceramente que esta decisión nos inspire a avanzar más rápido en Chile y que el proyecto pronto se convierta en ley, porque estamos seguros que el destino del mundo depende en gran medida de los alimentos que consumimos los seres humanos. Los que estuvieron, los que estamos y los que vendrán necesitamos alimentarnos para sobrevivir y los países tienen el deber de dotar de medidas de transparencia a los mercados.

Este hito demuestra que en Chile estamos legislando en coincidencia con Europa, algo que nos debe alegrar y exhortarnos a seguir en esta misma senda.