En nuestra nación, la lamentable prevalencia de debates infructuosos nos sume en la indiferencia, especialmente cuando se trata del bienestar de nuestros adultos mayores. Observamos cómo ciertos parlamentarios se enzarzan en contiendas por la autoría de iniciativas que, lamentablemente, desvían la atención del verdadero epicentro: la creación de un sistema de pensiones mixto que solvente los déficits de seguridad social que flagelan a nuestros ancianos.

La pregunta que aflora inmediatamente es: ¿cómo resolvemos el urgente problema de mejorar las pensiones en la actualidad? La respuesta parece aflorar tímidamente, sugiriendo un aumento en la Pensión Básica Solidaria (PGU). Sin embargo, la incógnita persiste: ¿a expensas de cuáles impuestos generales se llevará a cabo tal incremento? Un misterio que, hasta la fecha, sigue sin respuesta concreta.

Proyectándonos hacia el futuro, surge la inquietud acerca de las pensiones venideras. Al analizar la actual distribución, notamos que seis de cada diez pesos que perciben los chilenos provienen de la PGU, mientras que los restantes cuatro son aportes del sistema privado de pensiones (AFP), el llamado pilar contributivo.

Aquí se presentan dos posibilidades para abordar el problema:

Primero, se contempla la opción de aumentar la edad de jubilación, una medida que, si bien podría aliviar las tensiones a corto plazo, no aborda de manera integral la raíz del problema.

La segunda posibilidad, y quizás la más prometedora, implica destinar cuatro de los seis puntos del pilar contributivo a engrosar las arcas de las AFP. Estos fondos, provenientes de pensiones autofinanciadas, podrían representar hasta el 20% del ingreso mínimo.

Esta estrategia no solo fortalecería el pilar contributivo sino que también garantizaría mejores pensiones para nuestros adultos mayores, un sector que merece un retiro digno.

Es imperativo que los debates parlamentarios abandonen las disputas estériles y se enfoquen en soluciones concretas. La creación de un sistema de pensiones mixto, el aumento de la PGU mediante una fuente de financiamiento transparente y la reconfiguración del pilar contributivo son medidas cruciales. Solo así podremos asegurar un futuro más digno para quienes han dedicado su vida al desarrollo de nuestro país.