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Una denuncia por ruidos molestos desató el hallazgo de un bar clandestino en Santiago con más de 100 personas. El operativo se llevó a cabo en Portugal con Ventura Lavalle, donde vecinos alertaron a Carabineros y al municipio. Dos detenidos, dueños del local, se resistieron. Se incautaron bebidas, cámaras de seguridad y máquinas de pago. El establecimiento, llamado Sunday, promocionaba eventos con entrada. Se encontró un afiche que llamaba al respeto y consentimiento en un "espacio libre de acoso".
Una denuncia por ruidos molestos permitió detectar un bar clandestino que funcionaba en la comuna de Santiago. Al interior había más de 100 personas.
El operativo se realizó la madrugada de este viernes en avenida Portugal con Ventura Lavalle.
Vecinos denunciaron que había ruidos molestos en el lugar, por lo que persona de Carabineros y del municipio concurrió para verificar qué estaba ocurriendo.
Fue así como descubrieron que en una propiedad funcionaba un bar clandestino donde había más de 100 personas consumiendo bebidas alcohólicas.
Por ello, se clausuró el lugar y se detuvo a dos personas.
El capitán Sheng Castillo, oficial de ronda de la prefectura Santiago Central, señaló que las denuncias de ruidos molestos fueron persistentes durante esta semana, lo que motivó a gestar el operativo.
Agregó que los detenidos son dos chilenos mayores de edad, quienes se opusieron al ingreso de Carabineros al local. Ellos se identificaron como los regentes del lugar.
Finalmente, Castillo señaló que se incautaron bebidas alcohólicas, cámaras de seguridad instaladas para ver la llegada de la policía y máquinas de pago.
Sunday
El local se llamaba Sunday, cuyo perfil de Instagram fue bajado luego de la clausura. Según pudo constatar BioBioChile, para este fin de semana se promocionaban diversos eventos, para los cuales había que pagar entrada.
Al interior del bar, se encontró una especie de advertencia para los asistentes, que llamaba a respetar el consentimiento y que el local clandestino estaba libre de acoso.
“Este es un espacio libre de acoso. Respeta pronombres. ¡CONSENTIMIENTO!”, dice el afiche.
