Las seis matronas del Hospital Sótero del Río infectadas con coronavirus acusaron falta de implementos de protección en el recinto asistencial tras contagiarse de Covid-19.

Mediante una declaración difundida por el Colegio de Matronas de Santiago, las profesionales quisieron desmentir que alguna de ellas haya asistido a un culto evangélico, sino que resultaron contagiadas en el recinto asistencial.

Además, indicaron que “desde el principio de esta pandemia hemos puesto todo nuestro esfuerzo y cariño para atender a nuestras usuarias de la mejor manera posible, muchas veces sin los elementos de protección adecuados y con escasez de insumos básicos para higienización de manos, mascarillas adecuadas, entre otros”.

Por ello, apuntaron contra el director del hospital, Gonzalo Menchaca, quien señaló a la prensa que en la unidad de maternidad se atendía con elementos de protección.

“Queremos aclarar que esto es completamente falso, dado que en ningún momento se nos ha instruido tomar tales medidas con todas las usuarias, sino que solo con pacientes con caso de sospecha o certeza de Covid-19. Por lo demás, dichos elementos son escasos y están resguardados bajo llave. El resto de nuestras usuarias se atiende con precauciones estándar“, declararon.

Agregaron que recibieron mascarillas de uso permanente cuando ya probablemente ya habían contraído el virus.

Según el relato, el 7 de abril “recibimos dos mascarillas de tipo quirúrgicas para nuestro turno de 24 horas, por orden de nuestra jefatura directa que ha hecho lo humanamente posible para entregarnos recursos (aún cuando sentimos que no llegan prioritariamente al área de maternidad). En ese momento se dio la instrucción de que debía usarse de manera permanente en nuestra atención a usuarias, y no solo en la atención de partos (donde hasta el momento reutilizábamos las mascarillas). A esa altura, y según los antecedentes recabados actualmente, presumimos que ya varias de nosotras estábamos contagiadas de manera asintomática”, expresaron.

Junto con esto, denunciaron “el acceso engorroso al examen PCR Covid-19. Desde el principio no hubo claridad sobre dónde debíamos realizarlo, por lo que fuimos derivadas al sector de urgencia adultos de nuestro complejo hospitalario. Luego nos trasladaron a la ACHS, donde debimos esperar cerca de seis horas para que nos tomaran el examen y calificar con síntomas. Además, una colega en calidad de honorarios no tenía dónde tomarse su examen, y luego de una ardua negociación con personal del Centro de Atención Integral del Funcionario (CAIF), pudo tomárselo en dicha entidad”.

Las matronas aseguraron que “en ocasiones somos héroes, pero en momentos como este, donde tenemos que combatir de manera física y personal con este virus que no buscamos tener, se nos tilda por lo bajo de irresponsables“.

“Irresponsable habría sido no tomarnos el examen y seguir atendiendo pacientes y contagiando compañeros de todos los estamentos o a nuestras propias familias. Sentimos que se nos ha juzgado moralmente de manera injusta, en lugar de tener una preocupación sincera por nuestro estado de salud físico y mental y el de nuestras familias”, añadieron.

Hospital descartó riesgo para pacientes

El director Gonzalo Menchaca informó ayer a la prensa que actualmente son 31 personas las que se encuentran en cuarentena por haber tenido contacto con las personas contagiadas, que son siete: las seis matronas más la funcionaria de la unidad que provocó los contagios.

Agregó que no habido riesgo de contagio por parte de las pacientes de dicha unidad, ya que “se han atendido con el mejor estándar de seguridad posible”.

“Los pacientes han tenido toda la seguridad y no hemos tenido casos ni situaciones de riesgo”, aseguró.

Revisa la declaración de las matronas:

Por medio de la presente declaración, las matronas contagiadas por Covid-19 del Hospital Dr. Sótero del Río, queremos desmentir las graves acusaciones que se han realizado a nuestro gremio, dejando nuestra imagen dañada al ser calificadas como profesionales irresponsables, sin ética y con falta de empatía hacia nuestras usuarias.

Esta situación ha sido un golpe durísimo para todas nosotras. Somos un grupo de matronas que desde el principio de esta pandemia hemos puesto todo nuestro esfuerzo y cariño para atender a nuestras usuarias de la mejor manera posible, muchas veces sin los elementos de protección adecuados y con escasez de insumos básicos para higienización de manos, mascarillas adecuadas, entre otros. Por eso nos duele que se nos acuse gravemente.

Lamentablemente fuimos víctimas de contagio cruzado, por lo que desmentimos categóricamente que alguna de nosotras haya asistido a un culto religioso de cualquier índole y reprobamos tajantemente esa conducta social inadecuada en esta contingencia. Somos profesionales, la mayoría madres, que hemos tomado todos los resguardos recomendados para cuidarnos y cuidar a nuestras familias, dado que entendemos que detrás de nosotros hay niños y adultos mayores que dependen de nuestro autocuidado.

En una entrevista concedida a la prensa, nuestro director Dr. Gonzalo Menchaca expuso que diariamente atendemos a todas nuestras usuarias como probables portadoras de Covid-19, utilizando de manera permanente elementos de protección como mascarilla, antiparras, escudo facial, pechera plástica, guantes, mascarillas y hasta botas. Queremos aclarar que esto es completamente falso, dado que en ningún momento se nos ha instruido tomar tales medidas con todas las usuarias, sino que solo con pacientes con caso de sospecha o certeza de Covid-19. Por lo demás, dichos elementos son escasos y están resguardados bajo llave. El resto de nuestras usuarias se atiende con precauciones estándar.

Recién el día 7 de abril recibimos dos mascarillas de tipo quirúrgicas para nuestro turno de 24 horas, por orden de nuestra jefatura directa que ha hecho lo humanamente posible para entregarnos recursos (aún cuando sentimos que no llegan prioritariamente al área de maternidad). En ese momento se dio la instrucción de que debía usarse de manera permanente en nuestra atención a usuarias, y no solo en la atención de partos (donde hasta el momento reutilizábamos las mascarillas). A esa altura, y según los antecedentes recabados actualmente, presumimos que ya varias de nosotras estábamos contagiadas de manera asintomática.

También es necesario señalar que nuestros espacios comunes de comida y descanso no cuentan con la infraestructura adecuada, no tienen ventilación al exterior y no poseen el espacio para comer a un metro de distancia una de la otra, aún cuando realicemos turnos para nuestra alimentación. Estas instalaciones también son ocupadas por el personal diurno, aumentando el máximo de ocupación del lugar. Asimismo, nuestro espacio de descanso nocturno es pequeño y se reutilizan las camas y sábanas, situación que es común en el resto de las unidades del hospital.

Por otro lado, también queremos denunciar el acceso engorroso al examen PCR Covid-19. Desde el principio no hubo claridad sobre dónde debíamos realizarlo, por lo que fuimos derivadas al sector de urgencia adultos de nuestro complejo hospitalario. Luego nos trasladaron a la ACHS, donde debimos esperar cerca de seis horas para que nos tomaran el examen y calificar con síntomas. Además, una colega en calidad de honorarios no tenía donde tomarse su examen, y luego de una ardua negociación con personal del Centro de Atención Integral del Funcionario (CAIF), pudo tomárselo en dicha entidad.

Realizamos esta declaración porque sentimos que todo el rigor del juicio desinformado de la comunidad general y, en su momento, de la misma comunidad hospitalaria, cae sobre nuestros hombros. En ocasiones somos héroes, pero en momentos como este, donde tenemos que combatir de manera física y personal con este virus que no buscamos tener, se nos tilda por lo bajo de irresponsables.

Irresponsable habría sido no tomarnos el examen y seguir atendiendo pacientes y contagiando compañeros de todos los estamentos o a nuestras propias familias. Sentimos que se nos ha juzgado moralmente de manera injusta, en lugar de tener una preocupación sincera por nuestro estado de salud físico y mental y el de nuestras familias, si contamos con apoyo en esta situación o cómo hemos vivido el aislamiento en nuestros hogares.

Por lo anterior, exigimos disculpas públicas de quien/quienes nos han denostado y difamado, principalmente de la prensa, a la que pedimos esclarecer la información y hablar con veracidad. Hoy sentimos que nuestro gobierno y nuestras autoridades no están cuidando ni a las matronas ni a sus equipos de salud en general.

Finalmente, queremos mencionar que hemos decidido resguardar nuestra identidad para aminorar el ya existente juicio público que recae sobre nosotras y sus posibles repercusiones.

Atentamente:

Matronas CASR afectadas por Covid-19