Las familias de dos de las cinco personas que murieron en el incendio que afectó a la empresa Kayser en Renca durante el Estado de Emergencia, Manuel Muga y Andrés Ponce, se querellaron por los delitos de homicidio calificado y obstrucción a la investigación.

La tarde del domingo 20 de octubre, luego de un saqueo se registró un incendio en la casa matriz de la empresa Kayser. Después de la remoción de escombros, los bomberos encontraron cinco cuerpos.

El fiscal preferente de la zona Centro Norte para las investigaciones relacionadas a incendios en estaciones de Metro y locales comerciales desde el 18 de octubre, José Morales, aseguró que el siniestro causó los decesos.

Sin embargo, las familias tienen dudas sobre la causa de muerte. Dos de ellas, a través de la Defensoría Popular, presentaron una querella buscando que se realicen distintas diligencias para aclarar lo ocurrido.

ARCHIVO | Agencia UNO
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El abogado Lorenzo Morales, junto con cuestionar la investigación de la Fiscalía, afirmó que al Servicio Médico Legal omitió pericias.

La mamá de una de las víctimas, Alejandra Ponce, señaló que buscan que a partir de esta acción legal, se esclarezca lo ocurrido con su hijo Andrés, ya que según acusa, se le encontraron restos metálicos en una pierna.

El hijo de otra de las víctimas, Manuel Muga, detalló que el día del incendio su padre -del mismo nombre- había salido a comprar una torta para el cumpleaños de su cuñado y luego apareció muerto en la emergencia.

“Dudamos en forma inicial del actuar de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, que asegura que las cinco personas que se encontraron calcinadas en la bodega de Renca murieron asfixiadas, que estaban saqueando y no pudieron escapar. Una versión que no se condice con hechos comprobados por los familiares, con cuestiones tácticas encontradas en el sitio del suceso, y además por la desidia importante en términos periciales, lo cual nos ha abierto profundas dudas”, advierte la querella.

En esa línea, en la querella se detalla que una de las dudas surge tras el hallazgo hecho por familiares de ropa no quemada de Manuel Muga al interior del recinto.

Irregularidades en el SML

Asimismo la querella señala que el 22 de octubre familiares de Felipe Ponce Ponce llegaron hasta el SML para que se les tomara la muestra de sangre que les permitiera confirmar que uno de los cuerpos correspondía a su familiar.

Tras “un pinchazo en el dedo y nada más”, les señalaron que el resultado estaría en 12 días más. Sin embargo, el 24 de octubre “llaman indicando que el examen de ADN realizado el 22 de octubre dio positivo, que tenían que buscar al fallecido Joshua Osorio“, otra de las víctimas.

“Señalamos que ese nombre no correspondía al de nuestro familiar, lo cual nos responde `ok, nos equivocamos, adiós’, cortando la llamada sin una disculpa”, detalla.

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El 25 de octubre, señala la querella, vuelven a llamar del SML para confirmar que el examen dio positivo al ADN de Andrés Ponce Ponce.

“Entro a reconocer el cuerpo y solo me dejaron ver el rostro, no me dejaron ver cuello, frente, cuerpo completo”, advierte su primo. Así, relata que no pudo ver nada más que le permitiera verificar que se trataba de Andrés.

A esto se suma que al día siguiente de los funerales, el 28 de octubre, vuelven a llamar del SML y mencionan que un examen dio positivo, para que fueran a retirar el cuerpo de Julián Pérez.

Ante este llamado les enfatiza en el error y encara por lo irregular de todo el proceso, cuestionando qué certezas pueden que el cuerpo enterrado corresponde al de su familiar luego de esa llamada, “a lo cual solo menciona ‘disculpa, nos equivocamos"”.

Con estos antecedentes, entre otros, ambas familias afirmaron que están dispuestas a que los cuerpos sean exhumados, con tal que no queden dudas sobre la causa de muerte de sus seres queridos.