En septiembre de 2017 Romina Rojas, a los días de someterse a una cesárea en la Clínica Las Condes, murió producto de un tromboembolismo pulmonar masivo en el mismo recinto. La familia acusa un actuar negligente del recinto, por lo que presentó una querella criminal.

En entrevista con Radio Bío Bío, el padre de Romina, Eliot Rojas, describió cómo sucedieron los hechos antes de la muerte de su hija, quien era madre por primera vez.

Según relató, tras ser sometida a la cesárea el 3 de septiembre en la noche nace sin problemas su hijo Matías. Sin embargo, al día siguiente a los dolores propios de una intervención de ese tipo, se sumaron desmayos cuando intentaba levantarse.

Eliot señala que en esos momentos no había un médico en el piso, por lo que debió ser evaluada por otros facultativos. Romina continuó con problemas respiratorios y fuertes dolores.

Su familia insistía en una interconsulta con el área cardiovascular, la que no permitieron porque debía ser autorizada por su médico tratante, quien no se encontraba en el recinto.

“Crisis de pánico”

Tras llegar, denunció su padre, le aseguraron que lo que tenía su hija era crisis de pánico, trastornos de personalidad y problemas psiquiátricos.

“Me parece una aberración que un médico que no es de la especialidad, un ginecólogo, tenga habilidades para detectar problemas psiquiátricos”, cuestionó.

Ese diagnóstico fue comunicado al resto de los profesionales “que intervinieron siempre comprobando crisis y no abriéndose a nuevas posibilidades”.

Luego, comenta el padre, se dieron cuenta que nunca le pusieron medias antiembólicas, necesarias después de procedimientos quirúrgicos para prevenir edemas y trombosis.

Tras lograr que le tomen exámenes, un médico le habría señalado que había resultados alterados pero que no eran los de su especialidad, por lo que serían vistos al día siguiente por otro profesional.

El padre acusa que “los tratamientos siguieron por la vía de problemas psiquiátricos”, que incluían anámnesis en circunstancias que ella ni siquiera podía responder, suministrando incluso antisicóticos, contraindicados para mujeres en lactancia.

“Paciente inestable emocionalmente, no reconoce que sufrió de crisis de pánico (…) al intentar incorporarla hace lipotimias con sensación de apretar el pecho y mucha taquicardia”, señala su registro hospitalario.

Respuesta de Clínica Las Condes

La acusación de negligencia médica fue respondida por la directora médica de la clínica, May Chomalí, quien dijo a T13 que “los antecedentes de Romina la convertían en una paciente normal, sin ningún tipo de riesgo. Existe una clasificación para el riesgo, que es internacional y ella no cumplía con esos factores”.

El jefe de ginecología de la Clínica Las Condes en tanto, Pedro Daza, aseguró que no se podía prevenir el desenlace ya que fue “una situación excepcional, que es de un tromboembolismo fulminante”.

El 18 de septiembre se confirma la muerte encefálica de Romina y dos días después su fallecimiento.

La familia presentó una querella criminal ante este caso. Su padre dijo que ojalá que la muerte de su hija sirva para que otras mujeres primerizas puedan hacer las preguntas que requieran y tengan las respuestas “en idioma normal y no en el asimétrico que tienen los médicos para tratar a sus pacientes”.

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Este artículo describe un proceso judicial en curso
Existe la posibilidad de que los cargos sean desestimados al finalizar la investigación, por lo cual NO se debe considerar al o los imputados como culpables hasta que la Justicia dicte sentencia en su contra.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)