Una insólita situación vive un vecino de Peñalolén que casi se va detenido luego que un vehículo de Uber ingresara a su hogar y cayera en su piscina.

Todo comenzó cuando Carla, conductora de Uber de 20 años, perdió el control de su vehículo Kia Rio y se fue marcha atrás. La situación concluyó en el choque contra una pandereta y el posterior hundimiento del auto en la piscina de la casa afectada.

Los perjudicados, José Miguel Orpinas de 56 años y su hijo, Diego Orpinas de 18, estaban descansando en el lugar cuando apareció el Kia. La mujer que estaba adentro se encontraba en profundo shock y no había recibido lesiones.

Según consignó LUN en su edición impresa, los dos hombres ayudaron a la joven, le sirvieron un café y se comunicaron con Carabineros para seguir con el proceso judicial. El hermano de Carla, por su parte, prometió hacerse cargo de todas las reparaciones.

“Le expliqué que la piscina tiene un recubrimiento, llamado Diamond Brite, que vale $600.000 y cuya instalación cuesta $1.000.000. Y que además el arreglo de la pandereta era de $350.000”, señaló José Miguel en el mismo medio.

Pero el abogado de Ospinas les propuso dejar el auto en garantía, previa declaración notarial aclarando la situación, propuesta que aceptaron. Sin embargo, lo peor vendría al día siguiente, cuando Carla llegó con Carabineros a retirar su vehículo, con una denuncia por apropiación indebida.

Luego de la negativa del afectado ante Carabineros para dejar que se llevaran el Kia, argumentando que él era el afectado, su abogado concluyó que era mejor entregarlo o arriesgaba irse preso él y su esposa, dueños de casa.

Tal como consignó el medio, la empresa Uber aseguró que durante la semana se iban a contactar con Orpinas, mientras que Carla no quiso referirse al tema señalando que aún se encontraba shockeada.