Las ocho personas que fueron detenidas la noche del martes por tráfico de drogas en Iloca y Licantén, llegaron al Juzgado de Garantía para la audiencia de control de detención. Todos son familiares directos de la menor que fue sustraída en febrero en la región del Maule.

En el exterior del tribunal, Abelina Navarro, hermana del único formalizado por los hechos ocurridos en verano -a quien el viernes se le sumarán cargos por abuso sexual-, aseguró que las detenciones son justas. “Lo único que digo, en este mundo Dios existe. Y si Dios existe, es capaz de hacer justicia”, advirtió.

Según ella, José Navarro actuó en defensa de la menor. “Él dijo que lo hizo para proteger a la niña del abuelo. Mi hermano en todo momento dijo que el caballero lo siguió a él con una escopeta”, sostuvo, añadiendo que ella hubiese hecho lo mismo.

Abelina advirtió que “todavía falta la guinda de la torta. Falta lo principal, que va a rematar todo y va a quedar la pura cagada”.

Los familiares de la niña fueron detenidos la noche del martes por efectivos antinarcóticos de la Policía de Investigaciones (PDI) de Curicó, procedimiento en el que decomisaron cerca de ocho kilos de marihuana y clorhidrato de cocaína.

Carta de Navarro

José Navarro envió una carta desde la cárcel de Rancagua la semana pasada, en la que defiende la sustracción de la niña.

“Mi nombre es José Navarro Labbé, el mismo que estuvo ocho días y siete noches con (la niña), perdidos en los cerros. No fue que yo me haya querido llevar a esta menor, muy por el contrario, ella es quien me solicita mi protección, ya que el abuelo (Rafael Vidal) la quería matar”, comenzó el relato de 8 páginas, consigna La Tercera.

Según explicó, el abuelo quería matar a la menor, ya que sabía del tráfico de drogas que realizaba; la niña habría amenazado con denunciar la situación y esa sería la razón que inició el altercado.

Asimismo, detalló una pelea con Vidal. “Antes de que yo golpeara a Rafael tuvimos una discusión, la cual terminamos a combos. El viejo me pegó en la sien y en la boca del estómago. Yo le pego unas patadas y combos, pero este saca una corta pluma y me proporciona un corte. Tras ello, el viejo enfurecido viene, toma la pala con ganas de decapitar a la niña, de lo cual yo me percato, reacciono, recojo el chuzo y lo golpeo, no con la intención de matarlo, sino de noquearlo”, detalló.