Hace 23 días que desapareció en extrañas circunstancias Claudia Soto Venegas, la mujer que en 2008 fue condenada por parricidio en Molina, luego que incendiara su casa con sus hijos dentro, uno de los cuales murió quemado.

“Yo lo único que quiero es que aparezca mi hija para sepultarla”, sostiene Gladys Venegas, madre de la mujer, quien tras el paso de los días acrecienta su creencia de que ella está muerta.

“Yo he sufrido desde hace diez años por mi hija cuando estaba en la cárcel de Cauquenes”.

Claudia desapareció el pasado 5 de febrero, y la última persona que la vio a las 21:40 horas fue una de sus compañeras del CET ubicado en el sector El Sauce, camino a San Clemente.

Desde el 12 de febrero iniciaron los operativos de búsqueda que hasta ahora no han arrojado indicios de la ubicación de la desaparecida.

Según detalló el subprefecto Cristian Meneses, jefe de prefectura provincial de la PDI en Talca, el hecho de que la mujer no portara su documentación ni su teléfono celular a la hora de desaparecer, ha dificultado las labores de rastreo.

“Pido a la familia que nos tenga un poco de paciencia, estamos comprometidos en la búsqueda y esperamos tener resultados pronto”, señaló el funcionario.

La mañana de este martes, 50 funcionarios de unidades operativas de la prefectura de la PDI realizaron la “operación rastrillo” en 8 kilómetros a la redonda adyacentes al CET.

El subprefecto Meneses señaló que la búsqueda se ha dificultado también por las características complejas del terreno, donde ahora se desarrollan cultivos de gran tamaño.

Sin esperanzas

A pesar del dolor que les causa, los familiares de la mujer admiten que no tienen esperanza de encontrarla viva.

Nancy Soto, hermana de la desaparecida, considera que las tres semanas han sido desoladoras y devastadoras para sus padres, cuya salud se ha visto comprometida ante la incertidumbre del paradero de la mujer.

“Yo hablé con el prefecto de la PDI y me dijo que ya está solicitada a nivel nacional. Esperamos que aparezca pronto por el bien de mis papás que ya están mayores”, comentó Nancy.

“Esa misma tarde del 5 de febrero ellos se agredieron físicamente. Ella se llevaba bien con todos los internos del CET, solo tenía conflicto con el pololo”, recordó la hermana, quien no descarta que el joven llamado Cristian pueda tener participación en la desaparición.

Lo último que supo de él fue que el 12 de febrero fue trasladado al CCP de Talca.

Según familiares, Claudia estaba motivada a reencontrarse con su hija de 19 años y volver a ganarse su cariño.

“Ella veía sus publicaciones por el Facebook, pero desde el 2008 no han tenido comunicación alguna”, resaltó Nancy, quien espera que aparezca su hermana lo antes posible “viva o muerta, para darle cristiana sepultura y tener un lugar donde ir”.

Mitad de la pena cumplida

Con 10 años de pena cumplida se encontraba Claudia Soto. En 2008 fue formalizada por parricidio consumado en perjuicio de su hijo de 4 años y parricidio tentado respecto a su hija de 9 años.

Fue el 25 de junio del citado año, en la localidad de Pichingal, en Molina, cuando Claudia Soto habría incendiado su casa con los niños al interior, a quienes previamente les suministró pastillas para doparlos.

La niña de 9 años logró salir con vida y fue acogida por sus vecinos, pero el varón de cuatro años falleció calcinado. La actuación de Soto habría sido generada por celos y depresión, en un contexto de separación de su entonces pareja, según se reseñó en la publicación de Diario El Centro en dicha época.

Búsqueda infructuosa

Sin resultados positivos cerró la jornada de búsqueda del día de este martes.

El subprefecto Cristian Meneses detalló que este miércoles continúan analizando antecedentes en otros sectores cercanos y que para la próxima semana se espera la llegada de buzos con trajes especiales para inmersiones en terreno de alta complejidad, así como la intervención de canes expertos en la búsqueda de cadáveres.