Durante 2017, exactamente en la semana 39 epidemiológica, se han notificado trece casos de “coqueluche” o tos convulsiva en la región del Maule, confirmados científicamente por laboratorio, tres de los cuales terminaron con el fallecimiento de menores infectados la semana recién pasada.

Se trata de tres lactantes nacidos en distintos centros de salud de Talca y con distinta procedencia, quienes fueron contagiados por esta enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias altas. Asimismo, hay otros posibles siete contagios que están siendo investigados y a la espera de los resultados de los exámenes médicos, consignó Diario El Centro.

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La seremi de Salud, Valeria Ortiz, hizo un llamado a la tranquilidad precisando que no se trata de un brote de la enfermedad. “Un brote es cuando viene de un mismo contacto todas las personas que están contagiadas (…) En este caso, se hizo la investigación epidemiológica pero los datos preliminares nos indican que son tres casos de distinta procedencia”, explicó.

Del mismo modo, precisó que esta enfermedad puede ser contagiada a cualquier edad, pero que habitualmente afecta a los niños menores de cinco años y sobre todo a los más pequeños que tienen su calendario de vacunación incompleto.

“La vacunación contra el coqueluche se pone a los dos, cuatro, seis y 18 meses, donde además hay un refuerzo a los seis años y en octavo básico. Los más chicos tienen la capacidad de desarrollar una enfermedad más compleja, con mayor cantidad de síntomas, los cuales se pueden complicar y lamentablemente pueden llegar a fallecer”, sostuvo la seremi.

Sobre los síntomas, se observan estornudos, enrojecimiento de los ojos y fiebre leve. Después de una o dos semanas de evolución de la tos clásica aparecen accesos incontrolables, cada uno con cinco a diez crisis de tos violenta, espasmódica y sin interrupción que suelen terminar con una inspiración también violenta y prolongada. Esta es acompañada de un silbido o estridor inspiratorio característico, dado que el paciente lucha por respirar.