La Comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional (CORE) de Valparaíso manifestó su desconfianza frente al Plan de Remediación que el grupo Copec pretende concretar en el paño petroleras de Las Salinas en Viña del Mar.

En tanto, la empresa a cargo del proyecto asegura que el proceso se rige por la norma más exigente en la materia.

En mayo de 2017 se determinó que el estudio presentado por la inmobiliaria Las Salinas era insuficiente para conocer el impacto real del mega proyecto que pretendía instalar en dicho sector viñamarino al considerar detalles como que la tierra catalogada como peligrosa pretendía ser trasladada a rellenos sanitarios como Los Molles, San Felipe y Quillota.

Sin embargo, en la nueva presentación que será ingresada a fin de año se elimina la opción de trasladar la tierra y se reemplaza por una biorremedación, un proceso que ya fue realizado en 2012 a través de un primer estudio de impacto ambiental.

En esa ocasión, se desmantelaron las instalaciones y saneamiento sólo contempló hasta el primer metro de profundidad del terreno.

Desde la firma aseguran que se tomará en cuenta la normativa italiana al considerarla como la más exigente.

Camilo Quiroga, jefe del área ambiental de la empresa, informó que el proceso con el que se pretende eliminar la contaminación de suelos a raíz de la presencia de petroleras -que datan de 1915- consiste en potenciar los microorganismos que están en el terreno con más nutrientes, humectación y acceso al oxígeno.

“Al ser estas cubiertas finalmente van permitiendo que las mismas bacterias y microorganismos que están presentes ahí vayan degradando los hidrocarburos”, afirmó.

Quiroga agregó que de las 16 hectáreas de terreno, un 60% de arena está limpia, agregando que sólo un 8% del total debe ser sometido al tratamiento de limpieza.

Sin embargo, esta fórmula no convence a la presidenta de la Comisión, Tania Valenzuela, quien duda de los cálculos que se realizaron para determinar la cantidad de tierra contaminada.

Valenzuela aseguró que existen precedentes alarmantes en cuanto a cambios de norma realizados por la empresa, reduciendo la evaluación de contaminantes a solo un metro de profundidad.

Quien preside la instancia adelantó que junto a su equipo asesor analizan la norma que se propondrá en este nuevo estudio de impacto ambiental para saber qué tan estricta es con los contaminantes.

Aunque agregó que ante la inexistencia de un organismo fiscalizador externo debería realizarse un estudio independiente al de los consultores contratados por la inmobiliaria, con el objetivo de comparar las cifras de contaminantes.