La Comisión de Evaluación Ambiental de Ñuble rechazó por unanimidad, con 11 votos a favor y 0 en contra, la instalación de un proyecto acuícola en Cobquecura, el cual era impulsado por la empresa Pelicano S.A.

Tanto el intendente, Martín Arrau, como los diez seremis que conforman esta instancia, acogieron los planteamientos presentados por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), estamento que recomendó técnicamente no aprobar la iniciativa.

En dicho proyecto se pretendían invertir 2.600 millones de dólares, con el objetivo de generar cultivos de cojinoba, salmones y algunas algas.

El resultado fue calificado como contundente por la comunidad, siendo celebrado con música y cuecas afuera de la Intendencia Regional de Ñuble.

Satisfacción

La gobernadora de la provincia de Itata, Rossana Yáñez Füller, no ocultó su satisfacción por la medida, aseverando que “hay informes de estamentos especializados que precisan que instalar un centro de cultivo como el que se pretendía, podría causar problemas en nuestra fauna marina”.

Asimismo, Yáñez indicó que si bien son una provincia que debe atraer la inversión privada, como Gobernación deben velar por “cuidar nuestro patrimonio, nuestra flora y fauna, nuestro turismo, por ello esto marca un precedente para que las empresas que quieran llegar a nuestra provincia, sean sustentables”.

Por su parte, el Comité de Defensa del Borde Costero de Cobquecura -a través de un comunicado- valoró la determinación, sosteniendo que “el actual proyecto rechazado por la Comisión de Evaluación Ambiental es una copia de los otros siete proyectos que quedan por evaluar”.

Debido a lo anterior, esperan que los argumentos expuestos sean utilizados nuevamente para “rechazar los restantes proyectos acuícolas que amenazan la costa de Cobquecura”.

En esa misma misiva, la organización llamó a los habitantes de dicha comuna a que se “mantengan en alerta ante la amenaza salmonera, pues los múltiples desastres generados por esta industria han destruido ecosistemas, culturas y formas particulares de vivir”, utilizando como ejemplo lo ocurrido en la región de Los Lagos con la embarcación salmonera Seikongen.