Durante el primer semestre de 2022 debería oficializarse el cierre definitivo del canil con que cuenta el municipio de Ancud en el sector de Puerto Elvira.

La decisión es el resultado de un acuerdo logrado entre la Dirección Municipal de Medioambiente, organizaciones pro animalistas y la Clínica Veterinaria Municipal.

Bajo esta condición, las agrupaciones disponen de 8 meses para entregar en adopción a aquellos perros que fueron capturados en la vía pública y enviados al canil.

En cuanto al acuerdo alcanzado y las razones para el cese de funciones de este local, lo explicó el encargado de la Dirección del Medioambiente del municipio, Alfredo Caro.

“La finalidad de esta reunión fue comenzar a trabajar el plan de cierre, una decisión técnica que se tomó durante este año. Fueron las mismas agrupaciones animalistas las que solicitaron el cierre de este canil, que habíoa nacido en 2007 y llegó a tener 20 a 21 perros en el lugar. Actualmente vamos quedando con 7 caninos gracias a las adopciones”, afirmó Caro.

Mientras una de las socias de los grupos pro animalistas, Tatiana Cheausu, contó por qué motivo se optó por iniciar el cierre del canil municipal en lugar de mantener su funcionamiento.

“Sabemos que los caniles en general en el mundo no promueven la tenencia responsable de mascotas ya que la gente creen que existiendo un canil en la zona, es llegar y abandonar un animal”, expresó.

Entre otros compromisos asumidos por las organizaciones y el municipio de Ancud aparece la necesidad de fiscalizar y atender las denuncias por ataques de perros en la vía pública.

Una materia que busca integrar a los servicios policiales, según lo asegurado por Tatiana Cheausu.

“Solicitamos una reunión con Carabineros, PDI y Fiscalía, sobre el curso de las denuncias de maltrato animal y abandono que no llegan a puerto porque sólo quedan en el papel. Necesitamos lograr que se cierre este círculo. Que la gente no crea que se hace la denuncia y no pasa nada”, sentenció la activista.

El proceso de cierre del Canil Municipal sumará un trabajo de educación para vecinos en materia de tenencia responsable de mascotas y fiscalizaciones ante casos por maltrato animal.

Este espacio consta de 1.000 metros cuadrados a cargo de dos trabajadores, quienes proveen de alimento y agua a los animales, de lunes a domingo, los cuales, según el compromiso de los grupos voluntarios, serán dados en adopción en los siguientes meses.