A pasos del centro de Puerto Montt, un adulto mayor vive en precarias condiciones. Su casa se está cayendo a pedazos y a sus 80 años, aún trabaja para sobrevivir.

Se trata de Bernardo Mansilla, quien vive en una pequeña mediagua frente al mar. Hace 40 años que llegó hasta avenida España, convirtiéndose en el vecino más antiguo del sector.

Mansilla enviudó hace mucho, además es sordo. Pese a esto, trabaja vendiendo ajos en el centro de la ciudad para llegar a fin de mes.

Su casa hecha de madera y cartón, está en precarias condiciones. Tiene agujeros en el suelo, paredes y techo que provocan filtraciones. Bernardo, no tiene baño y sólo una cocina a leña es su calefacción.

Con el adulto mayor viven 3 personas, entre ellos dos familiares. José Soto, es pareja de la nieta y explicó que no trabajan por que tienen antecedentes delictivos.

En tanto, un vecina manifestó que tienen esperanzas de que Bernardo reciba ayuda para superar su condición de pobreza, pero que no lo saquen del lugar por el cariño que le tienen.

Mauricio Aroca, coordinador regional del Senama, comentó que el adulto no está abandonado, ya que en entrevistas con profesionales, los nietos afirmaron que preparan sus alimentos y lo llevan a los controles respectivos en el consultorio. Sin embargo, le parece necesario acelerar la situación de precariedad de la vivienda.

El domicilio en el que vive el hombre no tiene conexión a los servicio básicos y según el relato de las vecinas, son ellas las que le proporcionan agua para cubrir sus necesidades básicas.

Robinson Cárdenas | RBB
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