El arzobispo emérito de Santiago, cardenal Francisco Errázuriz, confirmó que el papa Francisco está al tanto de las críticas en torno al obispo Juan Barros, y agregó que son polémicas inventadas.

“El Papa es un convencido de que el monseñor Barros no ha cometido ningún delito, por lo tanto no lo va a cambiar“, indicó Errázuriz en conversación con 24 Horas, confirmando su continuidad en Osorno.

Esto mientras el monseñor de la capital metropolitana se preparaba para trasladarse hasta el norte del país, donde el romano pontífice realizará este jueves la última jornada de encuentro.

Por su parte el obispo de Iquique, Guillermo Vera, indicó que Francisco se ha mostrado cercano al monseñor osornino y agregó que como Iglesia, lo que les importa es seguir avanzando, considerando que hay heridas que sanar.

La presencia de Barros tanto en Santiago como en La Araucanía generó reacciones en diversos sectores, incluido los laicos de Osorno, quienes también criticaron las disculpas del papa Francisco, en relación a los casos de abusos contra menores por parte de miembros de la Iglesia.

Lee también: Vocero laicos de Osorno: Pedir perdón sin actos concretos “es un saludo a la bandera”

El sacerdote jesuita, Fernando Montes, indicó que el cuestionado párroco no debió participar de la homilía en Santiago, mientras que católicos de Puerto Montt calificaron su participación en Temuco como una “falta de respeto”.

Lee también: Católicos de Puerto Montt y visita del Papa: presencia de Barros es una falta de respeto

Desde el sector político, el senador Manuel José Ossandón también criticó la presencia del obispo en las misas, sin embargo, desvinculó al Papa de toda responsabilidad. Indicó que “Si a mí me hubieran preguntado yo creo que no debió haber ido, pero es una decisión personal, no del papa. Si no hay una prueba no puede castigarlo”.

Polémica en torno a Barros

En la diócesis de Osorno, grupos encabezados por los laicos de la ciudad han solicitado en repetidas oportunidades, con manifestaciones en plena misa, la renuncia del obispo Juan Barros, quien es acusado de encubrir los abusos cometidos por Fernando Karadima.