La jornada de este miércoles inicia el juicio contra el funcionario de carabineros acusado de disparar por la espalda a un adolescente mapuche en La Araucanía, el 18 de diciembre de 2017.

La audiencia se desarrolla en medio de un fuerte resguardo policial en el Tribuinal Oral en lo Penal de la comuna de Angol.

Se trata del sargento segundo de FFEE, Cristian Rivera Silva, quien es sindicado como el responsable de haber disparado un cartucho calibre 12 de una escopeta antimotines a Brandon Hernández Huentecol de entonces 17 años, en medio de un confuso incidente en la comuna de Collipulli.

A causa de este hecho, el joven recibió 100 perdigones que quedaron incrustados en su espalda, a la altura de la cadera -fracutándola- resultando con lesiones de gravedad, por lo que pasó semanas internado en la Clínica Alemana de Temuco.

Durante esta mañana y en conversación Radio Bío Bío con la madre del joven afectado, Ada Huentecol dio a conocer que durante diciembre viajaron a Venezuela, para realizar exámenes, los cuales demostraron que aún existen 87 perdigones alojados en el cuerpo de su hijo.

brandon4

Asimismo explicó de uno de estos proyectiles se desplazó hacia un pulmón, lo que le causa molestias y dolor Brandon.

De igual manera sostuvo que el equipo médico les señaló que resulta prácticamente imposible extraer los perdigones, sin afectar a órganos comprometidos.

De esta manera tiene como secuelas dificultades para caminar, diversas complicaciones y dolores, lo que lo acompañarán de por vida.

Es por esto que tanto el joven como su familia se encuentran esperanzados en que los jueces actuarán de manera justa y en que el sargento segundo de FFEE, Cristian Rivera Silva sea condenado con cárcel por los apremios ilegítimos y cuasidelito de lesiones graves imputados.

Me lanzaron al piso y sentí el disparo

El 18 de diciembre Isaías, hermano pequeño de Brandon, salió a andar en bicicleta por la comunidad rural en la cual viven como de costumbre. A 20 metros de su casa en la comuna de Collipulli, cuando circulaba por la ruta 49, se encontró con un procedimiento policial.

De acuerdo a lo indicado por Sergio Licán a The Clinic, quien fue detenido por un procedimiento en el sector, “de pronto apareció en su bicicleta por el camino. Un carabinero cruza la calle y lo bota, la bicicleta salta lejos”.

Según su versión, Isaías de inmediato comenzó a llamar a su hermano, quien se encontraba en la casa reparando su auto. Desde pequeño, Brandon se había apasionado por los autos, tanto, que en su liceo optó por la especialidad de mecánica automotriz, convirtiéndose en uno de los alumnos más destacados de su generación. Fue este mismo entusiasmo que lo llevó a pensar en estudiar ingeniería en mecánica automotriz en la universidad.

Al día siguiente de que fuera atacado, comenzaría su práctica profesional en un taller mecánico de Collipulli, tenía sus zapatos de seguridad y su overol listos, pero esa jornada nunca llegó.

Al oír los gritos de su hermano, el joven corrió a auxiliar al pequeño de 13 años. Según consignó al medio, “lo tenían en el suelo, apuntándolo. Empujé a un carabinero para ayudarlo y me pega con la escopeta en la espalda”.

Brandon relata que un uniformado le dijo que se tirara al suelo, o sino le dispararía. En medio de esta escena intervino el abuelo de los menores, Guillermo Hernández, quien le aseguró a Carabineros que conocía a los muchachos, indicándoles además que ellos no estaban metidos en algo malo.

De inmediato el abuelo fue en busca del padre de los adolescentes. Antes de llegar a su casa fue cuando sintió un disparo.

Según había relatado el joven mapuche de 17 años a Radio Bío Bío, tras ser reducido por uniformados, “me tiraron al suelo, me pusieron los pies sobre la espalda y sentí el balazo”, asegurando que fue intencional.

Brandon Hernández Huentecol recibió la descarga de 100 perdigones de un cartucho calibre 12, correspondiente a una escopeta antimotines. El disparo le fracturó la cadera y gran parte de estos proyectiles aún se encuentran alojados en el cuerpo del joven.

Durante la investigación, Isaías declaró que “no hubo ningún forcejeo. Estaba tranquilo, quieto, con las manos atrás, y el paco le disparó”. Tras lo ocurrido, sólo atinó a sacarse su polerón para contener la hemorragia en el cuerpo de su hermano mayor.

Diego Hernández cuando llegó al lugar encaró a los carabineros para saber quién le había disparado a su hijo. Si bien asegura que intentó recoger el cartucho implicado en el hecho, funcionarios policiales se lo habrían impedido, escondiendo además a quien percutó el arma. “Se pasaban la pelota unos a otros”, relató.

brandon2

Carlos Agurto | RBB
Carlos Agurto | RBB