El papa Francisco celebró este sábado su décimo consistorio en el que invistió a 21 nuevos cardenales, entre ellos al arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, quien se convirtió en el noveno cardenal chileno de la historia.
Además del representante nacional, el papa entregó el birrete y el anillo cardenalicio a otros cuatro sudamericanos. Se trata del arzobispo de Lima, Carlos Castilo Mattasoglio; el de Santiago del Estero y primado argentino, Vicente Bokalic Iglic (72); el de Guayaquil, el ecuatoriano Gerardo Luis Cabrera (69), y el brasileño arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler.
En la basílica de San Pedro el papa Francisco creó a veinte cardenales electores, es decir, menores de 80 años que podrán participar en un futuro cónclave para elegir a un nuevo papa, y solo a un no elector, el italiano Angelo Acerbi, de 99 años, exnuncio apostólico.
La ceremonia de creación de los que solían ser llamados “príncipes de la Iglesia” comenzó con la presentación de los nuevos cardenales quienes después, como requiere el ritual, se arrodillaron ante el papa, quien les entregó el anillo, símbolo de su nuevo compromiso universal con la Iglesia, y el birrete, rojo como la sangre de los mártires que dieron su vida por defender su fe, según la tradición católica.
Tras la entrega a cada cardenal de la “Bula de Creación de Cardenales”, la asignación de diaconías y la iglesia de pertenencia en Roma, el papa saludó cariñosamente a todos ellos e intercambió algunas palabras.
21 nuevos cardenales investidos por el papa
Luego de la ceremonia, los 21 cardenales recibirán las felicitaciones de fieles, amigos y familiares en varios puntos de la basílica. Este domingo celebrarán la misa con el papa en la basílica vaticana y los días posteriores cada uno de ellos celebrará la Eucaristía en las iglesias romanas que les han sido asignadas.
Con estos nombramientos, de 17 países diferentes y presencia de los cinco continentes, se eleva a 253 el número de miembros del colegio cardenalicio, entre ellos 140 con derecho a voto, la cifra más alta jamás registrada desde que Pablo VI fijó en 120 el número máximo de electores.
Con estos nombramientos, el papa ha dejado su huella en el futuro cónclave para elegir al próximo papa, ya que casi el 80% de los purpurados que entrarán en la Capilla Sixtina han sido elegidos en su pontificado.