La COP28 reúne a líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones concretas a una problemática decisiva actual.

Durante horas de la tarde de este miércoles se conoció que el Presidente de la República, Gabriel Boric, desistió de asistir a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Dubai, conocida también como COP28, viaje que iniciaba el 29 de noviembre.

Según informaron desde La Moneda, el Presidente ha decidido no asistir a la COP28 para poder cumplir “con una intensa agenda de trabajo que tiene a la seguridad y la economía como sus principales prioridades”.

En su reemplazo al encuentro internacional, Gabriel Boric “ha determinado la participación de una comitiva de alto nivel en la cumbre”.

Con esta decisión se repite lo acontecido en 2022, cuando el presidente chileno tampoco asistió al encuentro pro medioambiente, realizado en dicha ocasión en Egipto. En la COP27 representó a Chile la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.

Según publica la ONU, la COP28 se realizará entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en la capital de Emiratos Árabes Unidos, y se alza como “una oportunidad crucial para tomar el rumbo correcto y acelerar la acción para afrontar la crisis climática”, que afecta al planeta.

En el encuentro, “el mundo hará balance del progreso establecido por el Acuerdo de París (tratado climático histórico firmado en 2015) y trazará el plan de acción para reducir las emisiones de forma drástica y proteger vidas y sustentos”.

La COP28 reúne a líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones concretas a una problemática decisiva actual.

La noticia de la ausencia de Gabriel Boric en el encuentro diplomático internacional se conoce horas más tarde de que confirmara que sí viajará a Argentina para el cambio de mando donde asumirá Javier Milei como mandatario, el próximo 10 de diciembre.

De igual manera, se da en un momento sensible en cuanto a la seguridad del país, luego de una seguidilla de delitos de alta connotación social, como secuestros, homicidios violentos (incluidos descuartizamientos) y hasta un ataque incendiario con un fallecido en cercanías del centro de Santiago.

Estos hechos, así como la necesidad de capitalizar la estabilización de las últimas cifras macroeconómicas nacionales, habrían terminado por convencer al Jefe de Estado chileno de quedarse en suelo nacional.