Pese a la derrota de su lista, Carlos Larraín no se alejará de la política como lo hizo hace algunos años cuando perdió la presidencia del partido. Esta vez, en una "tercera línea", intentará aportar su experiencia a su "lote" liderado por María José Gatica y Francisco "Pancho" Orrego.

Las aguas en Renovación Nacional están agitadas luego de las elecciones internas, donde ninguna de las listas consiguió el triunfo, en medio de denuncias de fraude al estilo “venezolano” en las Juventudes RN y un resultado inconcluso en el Bío Bío.

Hace exactamente una semana que los militantes de la colectividad opositora fueron a las urnas para elegir a la directiva que reemplazará a Francisco Chahuán, Diego Schalper y compañía.

Ese día, poco antes de la medianoche, el secretario general del partido informó el resultado, donde ninguna lista consiguió imponerse, obligando a una segunda vuelta donde se verán las caras Paulina Núñez y Rodrigo Galilea.

Hasta ahora, todo indica que será agendada para el próximo sábado 9 de septiembre, algo que debe ser ratificado por el Tribunal Supremo, pensando en que sí o sí deben hacerlo antes de las Fiestas Patrias, debido a que de caso contrario la participación se podría ir “a las pailas”, tomando en cuenta además que no se votarán las directivas regionales.

Cabe destacar que quienes quedaron fuera de la fiesta fueron María José Gatica, quien lideraba “Orgullo RN” junto a Francisco Orrego, Camila Flores y un “tapado” Carlos Larraín, quien iba por una de las vicepresidencias.

Tal como se acostumbra a la hora de los balances después de una elección, siempre los candidatos derrotados intentan sacar algo positivo, como el porcentaje de votantes, si subieron o no su apoyo, como intentando pasar con miel el trago amargo del fracaso.

Pero en este caso, en realidad -al parecer- sí quedó alguna cuenta alegre por sacar, ya que quedaron en el camino por apenas 426 votos, algo así como un 4%. Casi un fallo fotográfico.

Pero además, si bien algunos pueden pensar que uno de los grandes derrotados fue Carlos Larraín, quien le daba el peso a su lista, la verdad que demostró que puede jugar un papel como “consigliere” del lote de jóvenes conservadores, nacionalistas, identitarios y socialcristianos que lidera Gatica con Orrego.

Según fuentes consultadas por BioBioChile, por ahora estos últimos se mantienen “en reflexión”, evitando entregar un apoyo explícito a la lista de Galilea, con quienes tienen mayor afinidad. De hecho, en un principio iban a ir en unidas ambas facciones; sin embargo, no lograron llegar a acuerdo en las negociaciones con Diego Schalper, ni con el propio senador por el Maule.

Autodefinidos como muy cercanos a la doctrina de antiguos políticos de RN, como Sergio Onofre Jarpa, no tienen empacho en asumir su postura más hacia la derecha a diferencia de la lista de Núñez, los “progresistas”, con quienes tienen muy poca conexión, menos aún con Mario Desbordes, quien es considerado el “consigliere” de esa facción.

De todas maneras, asumen su derrota, atribuyéndola principalmente a la fallida negociación por la lista única, que dejó a varios heridos en el camino, debido a que se sacaron “trapitos al sol” entre ambos bandos.

Un ejercicio que se continúa dando, donde ligados a la lista de Núñez apuntan a las críticas al senador Galilea por la polémica con la constructora por las casas que se inundaron en Curicó, mientras que desde la otra vereda han intentado masificar una entrevista de la parlamentaria por Antofagasta “pelando” al diputado José Miguel Castro.

Carlos Larraín a “tercera línea”

Pero más allá de los reproches, lo cierto que en la lista de Gatica admiten que perdieron tiempo intentando unirse en una lista con el parlamentario del Maule para enfrentar al “desbordismo”, paradojalmente, con el “negociador” del Senado, que esta vez no dio su brazo a torcer. Y cuando finalmente fueron solos, ya era tarde, no lograron articularse, ni conseguir agrupar a dirigentes locales que les ayudaran en el despliegue.

Aun así, consideran que lograron echar a andar un “lote” de jóvenes conservadores, que buscarán consolidarse para luchar por la presidencia en dos años más, con esta elección como cicatriz de guerra.

¿Y qué va a pasar con Carlos Larraín? Lo cierto es que el extimonel de RN no se alejará de la política como lo hizo hace algunos años cuando perdió la presidencia del partido. Esta vez, en una “tercera línea”, intentará aportar su experiencia a su “lote”, no influyendo en el día a día, pero siempre pensando cómo mover el tablero, incluso con cuñas tan disonantes como apuntar a “apretar al Gobierno” para “hacerlos gritar”.

Por lo pronto, en esa lista se “dejan querer”. Según información obtenida por BioBioChile, esta semana María José Gatica sostuvo una reunión con Rodrigo Galilea.

“Ayer conversé largamente con el senador Galilea, expuse nuestra posición que debemos seguir siendo un partido de derecha y le pedí incorpore parte de nuestros planteamientos en su discurso, quedamos de juntarnos el martes, por lo pronto les pido que tengamos fe en nuestras ideas y no desmayemos en defenderlas”, escribió en uno de los grupos internos de la lista.

Pero más allá de ese encuentro, varias fuentes consultadas por este medio nos señalan que el diálogo con Galilea ha sido improductivo. “Dialoga, pero se mueve poco”, nos confidencian.

Para el senador por Maule, son muy importantes los votos que pueda arrastrar de entre quienes votaron por la “patrulla joven” respaldada por Larraín. Esto último, también es un inconveniente para él, ya que tiene que construir puentes hasta el “consigliere” de “Orgullo RN”.

Las opciones de Núñez y el “cuco” de Desbordes

En cambio, Núñez prácticamente tocó techo, sin lograr además una diferencia importante, puesto que logró 4.199 votos, un 36,8%, que si bien es un buen piso, la obliga a ampliarse para conseguir convertirse en la primera mujer en liderar RN, tomando en cuenta que si se suman los resultados en primera vuelta, sus adversarios alcanzaron poco más del 60%.

Para ello tiene dos opciones, mantenerse firme, apostando a los militantes más progresistas o abrirse a entregar espacios de participación para el resto de las “almas” del partido. Y hasta ahora, aseguran que también ha sido poco dialogante.

Su problema es que hay aprensiones por la presencia de Mario Desbordes. Algunos en off lo califican incluso como el “cuco”, ya que su llegada a la directiva podría terminar en una “revancha” o pasada de cuentas a quienes lo hicieron caer en 2020.

“Mario no quiere sumar a nadie, cree que gana con los que tiene”, nos dice una fuente, advirtiendo que el pasado sábado sacó menos votos que en 2018, cuando consiguió la presidencia, en medio de la arremetida del sector conservador, que ha ido ganando terreno.

“Además, para sumar tendría que pedirle disculpas a mucha gente”, advierten. A eso le suman lo poco conveniente que sería para Carlos Larraín que el exministro de Defensa esté en la directiva. “No va a permitir que Desbordes regrese”, anticipan.

La acusación de fraude en las elecciones internas de la Juventud RN

Sin embargo, aparte de las controversias y chimuchina propia de una elección, hay otro problema que amenaza seriamente el proceso, y es la denuncia de fraude electoral que hizo la Juventud de Renovación Nacional (RN), que acusó graves irregularidades por el conteo de los votos.

Esto último es responsabilidad del secretario general del partido, Diego Schalper, quien ha sido duramente cuestionado por la gestión administrativa del proceso. De hecho, aún se desconocen los resultados finales.

Entre los reclamos, acusan a la Secretaría General de RN de haber colocado trabas para el acceso a actas oficiales y padrones de votación, “transgrediéndose la normativa interna que regula el proceso, y que esta falta de transparencia continúe hasta hoy, provocando un serio detrimento a nuestra institucionalidad interna”.

Según señalan, esto último “nos obliga a remitir los antecedentes ante el H. Tribunal Supremo del Partido para que tome cartas en el asunto”.

Ante el embrollo, desde el movimiento Juventud RN de Todos, emitieron un duro pronunciamiento donde acusaron que no se aperturaron mesas ante la falta de urnas y papeletas, debiendo incluso imprimirse algunas de forma improvisada.

“Ha existido falta de transparencia y facilitación de información respecto a actas de escrutinio y padrones electorales de las mesas JRN a la fecha por parte de la Secretaría General RN, dificultando la presentación de las reclamaciones pertinentes en el plazo estipulado para aquello (48 horas de la elección)”, aseveran.

“Hoy 23 de agosto recién pudimos conocer resultados parciales oficiales, tardanza excesiva que solo es asimilable a países como Venezuela, donde no existen las garantías para llevar a cabo procesos democráticos con la debida transparencia”, reprochan.

“Con la poca información disponible y recabada de forma extraoficial, hemos recibido denuncias y pruebas de fraude electoral en diversas mesas a lo largo del país”, insisten.

Pero lejos de calmar la situación, desde la directiva sacaron una declaración pública, donde defendieron el proceso, tachándolo como “ejemplar”, destacando la labor del Tribunal Supremo y de la Secretaría General del Partido.

“Consideramos totalmente desafortunadas e inoportunas aquellas declaraciones que se refieren negativamente al proceso”, replican.

“Las declaraciones dañan al partido, cuyo prestigio debe ser custodiado y protegido por todos”, reiteran.

La polémica mesa de Los Álamos que ensombrece elección en el Bío Bío

Aunque, además de la controversia en las Juventudes de RN, otra polémica también apareció como una espinilla en la espalda, involucrando a un histórico militante que buscaba su reelección.

Resulta que en la región del Bío Bío se enfrentaron Paulina Veloso, cercana a Núñez, y Claudio Eguiluz, quien se hizo famoso a nivel nacional por el Caso SQM.

Y si bien la exconvencional se autoproclamó vencedora, asegurando que logró el 52% de los votos, Eguiluz asevera que ninguno de los dos superó el 50%, por lo que deberán enfrentarse en segunda vuelta.

Todo se remite a una mesa en la comuna de Los Álamos que no fue contabilizada y donde Veloso asegura que están los votos que le dan el triunfo sobre Eguiluz. Pero, al menos al cierre de esta nota, Schalper no ha ordenado el conteo, por lo que todo apunta que se irán a segunda vuelta, como guinda de una torta que tiene la crema a punto de cortarse.