La demora en la designación de Sebastián Depolo como embajador en Brasil y los cuestionados dichos del embajador de Chile en España, Javier Velasco, sobre los gobiernos de los últimos 30 años, se unen a la polémica que ahora envuelve a la representante chilena en Reino Unido, Susana Herrera.

Susana Herrera, embajadora de Chile en Reino Unido, se encuentra en el foco de las críticas tras solicitar financiamiento al Gobierno Regional del Bío Bío para un proyecto en Santa Juana, a raíz de los incendios forestales que afectaron a la zona, lo cual fue frenado por la Cancillería.

Pero ella no ha sido la única diplomática que ha generado polémica dentro del gobierno del presidente Gabriel Boric, ya que Sebastián Depolo (RD) y Javier Velasco (CS), dieron que hablar en su momento tras sus designaciones.

El militante de Revolución Democrática tuvo varias trabas por parte del exmandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, para ser embajador en el país vecino.

Y es que la nominación de Depolo habría causado incomodidad en el Palacio de Planalto, por sus críticas en redes sociales contra el presidente de ultraderecha.

No obstante, el lunes 2 de enero pasado, con Lula da Silva como presidente de Brasil, se le otorgó finalmente el beneplácito a Sebastián Depolo.

En tanto, Javier Velasco, amigo cercano del presidente Boric y embajador de Chile en España, fue blanco de críticas por sus dichos frente a los gobiernos de los últimos 30 años y la foto que subió su pareja a redes sociales, lo cual la llevó a eliminar su cuenta.

“Un estallido de esas dimensiones (el de 2019) no es una cuestión baladí. Para que llegáramos a eso se requirieron 30 años de políticas que profundizaron la desigualdad, 30 años de un país percibiendo eso de forma cotidiana”, es parte de lo que manifestó el embajador antes la organización Nueva Economía Fórum (NEF), el año pasado.

Luego vino la foto que se viralizó en redes sociales, donde se veía a Velasco sentado en la parte de atrás de un vehículo -vestido de terno y corbata-, tocándole los pies a la persona que iba al lado de él, quien era su pareja.

La canciller de ese entonces, Antonia Urrejola, tuvo que llamar al “orden y la prudencia” al embajador de Chile en España.