Dentro de su estudiado plan, han estado trabajando a través de sus movimientos, como Acción Republicana, para llegar a los "nichos" electorales que dejaron huérfanos sus "primos" de Chile Vamos, especialmente la UDI.

No cabe duda que la política nacional ha sido un vaivén de emociones en la última década, pasando sucesivamente de gobiernos de izquierda a derecha, con triunfos históricos, como el de Gabriel Boric, a victorias aplastantes, como la del Rechazo.

En medio de la vorágine, uno de los partidos que parece estar surfeando la ola es el Republicano, algo que demostró con el contundente resultado en la Elección de Consejeros Constituyentes, que le dio mayoría en el órgano a cargo de redactar una propuesta de Constitución.

Y al parecer, según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), al parecer aún siguen en la cresta de la ola, en un delicado equilibrio que por ahora tampoco asegura seguir en la senda de los triunfos, porque su (casi único) líder, José Antonio Kast, no genera la misma simpatía que su partido.

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De hecho, en la evaluación de personajes políticos, aparece igualado con el expresidente Sebastián Piñera, con un 38%. Precisamente, su rechazo alcanza el mismo porcentaje.

Republicanos toman con mesura la CEP

Al interior del Partido Republicano están conscientes que los resultados de la CEP es solo una fotografía del momento, por lo que se toman con calma y “humildad” el escenario, sobre todo, teniendo en cuenta que también el resultado del Plebiscito de Salida de diciembre, será clave para no caer estrepitosamente.

Por lo mismo, ya empezaron a apuntar a su electorado más duro a través de sus polémicas enmiendas, ya que prefieren caer a tranzar sus ideales, sobre todo lo valórico, algo que le ha traído la simpatía de una parte del mundo evangélico más conservador.

Sin embargo, sus posturas les ha valido ser tachados de “ultraderecha”, un mote con el cual no se sienten cómodos, pero que tampoco reniegan mayormente, atribuyéndolo a sus “enemigos” de la izquierda y a los medios de comunicación.

Para ellos, la ultraderecha corresponden a movimientos libertarios y antidemocráticos. No obstante, sí reconocen ser el partido que está más a la derecha, en el variado espectro político de nuestro país. En esa línea, por colocar un botón de muestra, se sienten más cercanos a la UDI de Jaime Guzmán, que a la actual dirección que lleva el conglomerado gremialista, a la que le reprochan sus pactos y negociaciones con la izquierda.

Pero, por otro lado, tal como lo muestra la encuesta, hay un electorado también está dispuesto a perder ciertas libertades, con tal de conseguir una de las principales demandas: seguridad.

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Esto es algo que los republicanos explotaron con éxito en las pasadas elecciones de Consejeros Constitucionales, logrando transformar las elecciones en verdaderos referéndums o plebiscitos de la labor del Gobierno, para captar ese importante voto de castigo.

De todas maneras, no es un fenómeno nuevo. Pasó también en los anteriores gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, fórmula que también aplicó Gabriel Boric, donde todos los analistas coinciden que parte de su victoria fue por el voto de castigo a Kast.

En términos más simples, en nuestro país no hay un voto ideológico, sino más bien pragmático: se vota por el personaje, más que por el partido o coalición. Por ahora, Republicanos ha aprovechado su “juventud”, ya que fue fundado apenas el 2019, para desmarcarse de sus “primos” de la derecha y centroderecha, como Chile Vamos.

Así, se han valido del desprestigio de la política, sus casos de corrupción transversal, así como de las promesas de campaña incumplidas, las tan comentadas volteretas, así como su férrea negativa a pactar con otros, incluso con sus “primos”.

Es más, los republicanos llegan a ser predecibles en su ideología, tanto así, que ya casi no sorprenden sus defensas a la Dictadura y su oposición al matrimonio igualitario y el aborto.

Aunque, en algún momento tendrán que recurrir a ellos, porque en Chile ningún partido tiene la suficiente convocatoria para gobernar por sí solo. Si no, veamos lo que pasa con Boric y sus “invitados de piedra” de Socialismo Democrático, que le están afirmando la estantería en La Moneda.

Los vínculos con VOX y el silencioso trabajo territorial

Por ahora, y como evidentemente no ha sido necesario aún pactar, entre las huestes republicanas se ufanan de que no han “vendido” sus principios. Inclusive, de no lograr que sus enmiendas sean incluidas en la propuesta de Constitución, no dudarán un minuto en hacer campaña por el Rechazo, según dicen.

Más que mal, a ellos no les importa mayormente cambiar la Constitución. Su idea es posicionarse para las próximas elecciones parlamentarias de 2025, donde esperan conseguir una mayoría que les permita ejecutar su agenda valórica, social, económica y de seguridad, con un discurso sospechosamente parecido al de VOX en España.

Efectivamente, no han sido pocos los viajes que han realizado al país ibérico. En noviembre de 2021, llegaron a Madrid los convencionales Rocío Cantuarias, Teresa Marinovic y Martín Arrau.

Este último volvió a viajar en mayo pasado, para reunirse con el líder de Vox, Santiago Abascal, además de otros insignes como Kiko Méndez Monasterios, Hermann Tertschen, Jorge Buxadé y Jorge Martin Frias.

Algunos le atribuyen justamente a Arrau el cuidado diseño que los llevó al triunfo en las pasadas elecciones de Consejeros Constitucionales, así como el orden que se impuso para evitar salidas comunicacionales que los coloquen en posiciones incómodas, no tanto por su electorado más duro, sino más bien por el votante indeciso.

Su objetivo en las parlamentarias va incluso más allá si Kast vuelve a ser candidato, aunque es evidente que -al menos por ahora- no hay otra figura tan expectante en Republicanos. Por lo mismo, prefieren mantenerlo un poco al margen del debate público, tuiteando del acontecer nacional, pero sin entrar en debates directos, en una cuidada estrategia comunicacional que lo mantiene “hibernando”.

De todas maneras, sigue siendo el líder que sin contrapesos al interior de la colectividad. Recordemos que el último que quiso competirle fue el senador Rojo Edwards, quien salió magullado del enfrentamiento.

Por ahora, en Republicanos hay cierta confianza en lograr mantener el impulso hasta el 2025, tomando en cuenta que más allá de lo que suceda en el Consejo Constituyente, el resto son riesgos menores.

Esto, porque -por ejemplo- en las próximas Municipales no deben “defender” alcadías, como otros partidos, así como tampoco deben luchar por alcanzar mayoría en el Senado, donde tiene apenas un escaño, el de Rojo Edwards.

Para ello, y dentro de su estudiado plan, han estado trabajando a través de sus movimientos, como Acción Republicana, para llegar a los “nichos” electorales que dejaron huérfanos sus “primos” de Chile Vamos, especialmente la UDI.

Así, están organizando “escuelas de líderes secundarios”, los que eventualmente serán los próximos dirigentes que llegarán a disputar el poder a la izquierda en las Universidades, intentando permear el movimiento estudiantil, tal visible e influyente en la pauta.

En paralelo, organizan “escuelas de líderes vecinales”, donde hacen capacitación a los dirigentes en sectores populares de comunas como Independencia y Maipú, algo que replicarán en regiones próximamente.

Marco Moreno: “El Partido Republicano es más que Kast”

Para el analista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, el aumento que experimenta en simpatía e identificación del Partido Republicano en la última CEP, obedece a que ellos han logrado conectar con una demanda creciente en Chile después del estallido social de mayor autoridad y de orden.

“De alguna manera, esos fueron los ejes que estuvieron en la campaña para los consejeros constituyentes el 7 de mayo. Y ese marco fue el que logró darle al Partido Republicano una victoria”, sostiene.

No obstante, advierte que esta “simpatía” no necesariamente se traduce en intención de voto, algo que también explicaría la mesura de la colectividad.

“Creo que puede ser un poco apresurado suponer que el Partido Republicano hoy día tiene una intención de voto a partir del resultado que se desprende de una pregunta, por lo tanto, habría que tener cuidado con eso”, puntualiza Moreno.

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Pero además, enfatiza en que este aumento del Partido Republicano contrasta con el hecho de que José Antonio Kast no tenga o no capitalice esa simpatía. “Esto puede estar demostrando que el Partido Republicano es más que Kast”, apunta.

“De acuerdo a los resultados de la encuesta del CEP, el Partido Republicano es más que Kast, y eso es porque el Partido Republicano logra conectar con esta demanda de orden y seguridad que corresponde a la foto de hoy día. Pero no es la fotografía que pueda tener el país en dos años más cuando tengamos elecciones presidenciales”, dice Moreno.

“Es apresurado pensar que el péndulo en el país se está moviendo hacia la derecha o hacia posiciones más conservadoras, si no que más bien lo que se está instalando hoy día es una demanda de orden y seguridad que por ahora el Partido Republicano ha representado de mejor manera”, concluye el experto.