Viviana Uribe, hermana de Bárbara Uribe Tamblay, detenida desaparecida por agentes de la DINA en 1974, presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que el diario La Segunda se rectifique por el titular “Exterminados como ratones”, publicado el 24 de julio de 1975, para dar cuenta del exterminio de militantes del MIR fuera del país, y el cual por estos días cumple 46 años desde su publicación sin que la justicia doméstica haya reparado al respecto.

Dicha acción fue presentada por los abogados Francisco Bustos y Pablo Fuenzalida, del Estudio Jurídico Caucoto Abogados, y busca que se establezca que hubo responsabilidad internacional de Estado y que se vulneraron las disposiciones de la Convención Americana en materia de derecho a la honra, a la integridad psíquica, a un recurso efectivo y, por sobre todo, el derecho a la rectificación, en este caso, de dicho titular.

Así como infracción de diversas disposiciones de la de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, “Convención de Belém do Pará”.

“Cada aniversario de la publicación del titular del diario La Segunda nos recuerda la complicidad de los grandes medios de comunicación en el encubrimiento de crímenes de lesa humanidad. El titular más infamante de la prensa chilena de la dictadura debe ser rectificado y el diario debe pedir disculpas”, manifestó el abogado Francisco Bustos.

En esa línea, el jurista agregó que “al no obtener justicias a nivel nacional, tenemos toda la confianza en que la Comisión Interamericana y, eventualmente, la Corte Interamericana podrán acceder a nuestra solicitud y se podrá un paso más hacia la efectiva justicia y el logro de garantía de no repetición”.

De acuerdo a la información entregada por La Segunda, en su edición del 24 de julio de 1975, los hechos habrían ocurrido en Argentina, en presuntos enfrentamientos entre miristas, lo cual quedó desmentido con el fallo emitido por la Corte Suprema el 17 de septiembre de 2019, que condenó a miembros de la DINA como autores de secuestro y desapariciones forzadas de Bárbara Uribe y Edwin Van Yurick, ambos mencionados en dicho artículo periodístico y cuyos delitos ocurrieron en Chile, y no fuera del país, como lo informa el diario.

Un largo camino de justicia

Si bien en octubre de 2019 la Corte Suprema sentenció a los agentes de la DINA, Nelson Paz Bustamante, César Manríquez Bravo, Miguel Krassnoff y Ricardo Lawrence Mires, como responsables de los crímenes de Bárbara Uribe y Edwin van Yurick, y se solicitó al diario La Segunda efectuar una rectificación del titular y la noticia falsa del 24 de julio 1975, obra del director del medio en ese entonces, Mario Carneyro, el vespertino accedió parcialmente a realizar una publicación en páginas centrales el 12 de noviembre de 2019, la que resultaba notablemente insuficiente. Producto de lo anterior, la familia expresó su disconformidad al diario, pero nunca más volvieron a contestar.

En respuesta, se presentó un recurso de protección por Viviana Uribe, con miras a que el medio rectificara además la portada y pidiera disculpas públicas, fundados en la afectación a la integridad psíquica, la honra, el derecho de rectificación, y el derecho a un recurso efectivo contemplados en la Convención Americana de Derechos Humanos.

En su Informe ante la Corte de Apelaciones el diario La Segunda, contestando el recurso, planteó diversos argumentos en contra, siendo la más llamativo aquel donde expresaron que “conceder este recurso traería consecuencias catastróficas para la libertad de prensa” (informe del recurrido, página 9, de fecha 25 de junio de 2020).

Este recurso finalmente fue rechazado por la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por mayoría (2-1) el 10 de agosto de 2020. Esta decisión fue apelada ante la Corte Suprema, la cual, sin embargo, rechazó la petición de alegatos y confirmó la sentencia.

Dicha sala fue integrada, entre otros, por el abogado integrante sr. Jorge Lagos, quien normalmente se inhabilita por tener parentesco con la familia del dictador Augusto Pinochet Ugarte.

Por lo anterior, y ante la denegación de justicia en el ámbito doméstico, se recurre al organismo internacional, denuncia que actualmente está en tramitación.

46 años de daños, traumas y espera

“Bárbara y Edwin, tenían 20 años al momento de ser detenidos por la DINA. Se habían casado en diciembre de 1973, en una ceremonia sencilla y discreta en nuestra casa, ubicada en la comuna de Ñuñoa. Cuando se los llevaron, pensamos que volveríamos a verlos, sin embargo nunca más volvimos a conocer lo que ocurrió con ellos y menos de su destino final”, cuenta Viviana Uribe, hermana de una de las víctimas de la llamada Operación Colombo, mencionada en el titular de La Segunda, y quien recurrió a instancias internacionales para obtener justicia, después de 46 años.

“Han pasado 46 años del titular del Diario la Segunda que quedó grabado como un trauma en nuestras vidas: “Exterminados como ratones. 59 chilenos miristas caen en operativo militar en Argentina. En esa publicación y entre esos 59 chilenos estaban sus nombres. Desde allí en adelante, nuestras familias han vivido con dolor, frustración y con un manto de impunidad esta historia, la de los detenidos desaparecidos”.

El mensaje del diario, añade Uribe, “nos sentenció a una especie de prisión, atrapándonos en un mar de dudas, supuestos e incógnitas. Desde ese momento, debimos acostumbrarnos a vivir con la incertidumbre de la vida. Muchas veces, nos preguntamos si ese titular de La Segunda indicaba el momento en que los asesinaron? Otras veces, pensábamos que la violencia de ese mensaje, más allá de ser brutal, tenía como estrategia quebrar la confianza, la lealtad, el compromiso, el amor que existía entre nosotros los familiares, los resistentes, los y las rebeldes a la dictadura. Qué significaba exterminar-nos como ratas. ¿Cuál es la ética de un periodista y de un diario como La Segunda, al publicar esta noticia tan falsa y cruel?”, expresó.

“La incerteza, la duda, el dolor, la impunidad, hacen imposible reparar este daño, pues quedó escrito como un final para siempre. El mensaje de La Segunda, constituye un punto de inflexión en el periodismo y las comunicaciones. Al día de hoy, tantos años después seguimos en los tribunales de justicia demandando una respuesta sobre el destino final de nuestros familiares. Solo escuchamos silencio”, finaliza.