En medio del aumento de casos reportado ayer jueves, y particularmente el registrado en la capital, la identificación de contactos estrechos se ha mantenido por meses en niveles muy por debajo de lo recomendado. En tanto, 8 comunas del Gran Santiago se encuentran en una situación crítica en cuanto a trazabilidad, sumado al resurgimiento de los casos importados en la RM tras la reapertura del aeropuerto.

“Tenemos que fortalecer la estrategia de testeo, que lo estamos haciendo; de trazabilidad, en que las personas consulten precozmente; y tenemos el aislamiento, y es ahí que la estrategia de residencias sanitarias es fundamental. Pero la medida más efectiva es que todos tenemos que cuidarnos”, subrayó la subsecretaria de Salud, Paula Daza, tras el balance covid de este jueves en La Moneda.

Por su parte, el propio presidente Sebastián Piñera señaló la importancia de mejorar la trazabilidad la semana pasada, cuando anunció los planes especiales para las fiestas de fin de año y advirtió sobre una segunda ola de contagios.

Sin embargo, los indicadores relacionados a esa meta siguen marchando por un pésimo camino y muy lejos de los mínimos recomendados. Al menos desde que el Ministerio de Salud comenzó a publicar a fines de agosto sus informes de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA), prácticamente ninguna región ha marcado números positivos en la cifra clave para cortar la cadena de contagio: la razón de contactos por caso. Es decir, la cantidad de personas que han logrado identificar los trazadores como contacto estrecho de un caso positivo.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es recomendable identificar al menos un promedio de 10 contactos por caso, mientras que países como Australia acostumbran a registrar alrededor de 30 contactos por caso. A la fecha, de acuerdo al último informe TTA publicado el miércoles por el Minsal, Chile registra apenas 2,9 contactos por caso, un escenario que no ha mejorado prácticamente nada respecto al primer reporte de agosto (2,8), hace casi 4 meses, cuando los expertos advirtieron sobre la deficiente trazabilidad y alertaron entonces que dicho alcance no permitirá frenar rebrotes.

En el detalle regional, de acuerdo al último informe, ninguno se acerca siquiera a los límites recomendados. Entre las peores asoman Los Ríos (1,7), la región Metropolitana (2,2) y Magallanes (2,3), las 3 entre las zonas donde el covid-19 tenido un alto impacto. Le siguen Tarapacá, Ñuble y Los Lagos, por debajo del registro a nivel nacional y del promedio de habitantes por hogar que, de acuerdo al último censo, en Chile alcanza las 3,1 personas por vivienda; es decir, no se estaría trazando ni siquiera a los contactos que viven con el caso contagiado.

En el otro extremo están Aysén (5,5), Coquimbo (4,9) y Arica (4,7), en el que destaca esta última, que ha registrado los mejores indicadores del país en los reportes previos e incluso en el anterior había conseguido un registro de 10,8.

Dada su alta densidad poblacional y que recién ayer volvió a Fase 2 (cuarentena de fin de semana), llama la atención el caso de la RM y en particular la comuna de Santiago, que registró 0,9 contactos por caso, pese a la importancia de la trazabilidad en el contexto del aumento de casos que advirtió la autoridad. A la capital se suma San Miguel (1,1), Recoleta (1,5), Peñalolén (1,6), La Pintana (1,8), Puente Alto (1,8), Providencia (1,9) y La Florida (1,9), todas ellas con importantes niveles de contagio.

Sorprendentemente, no es el peor registro de la comuna de Santiago, que anotó 0,4 contactos por caso en el primer informe de agosto.

El retorno de los casos importados

Otra revelación del último informe de trazabilidad da cuenta del retorno de una tendencia que fue común al inicio de la pandemia, pero que por razones lógicas había decaído tras el cierre de fronteras: los casos importados.

El 23 de noviembre pasado, tras casi 250 días cerradas producto de la pandemia, las fronteras nacionales fueron reabiertas para recibir a los primeros extranjeros, aunque de forma acotada: sólo para quienes lleguen por vía aérea y al Aeropuerto Arturo Merino Benítez en la capital.

Y precisamente el último informe publicado, que abarca desde el 28 al 4 de diciembre, arrojó un crecimiento exponencial en los casos importados de la RM; es decir, notificados con ingreso a Chile los 14 días anteriores al inicio de síntomas. La región Metropolitana anotó 70 casos, mientras en los periodos previos nunca había superado los 29.

Consultada sobre este punto, la subsecretaria Daza defendió la decisión de mantener el aeropuerto abierto y subrayó que de momento no habrá ningún cambio en la medida. “Las fronteras están cerradas. Lo único que está abierto es el aeropuerto”, aseguró. Además, explicó que a quienes entran se les exige un PCR negativo de las últimas 72 horas, una declaración jurada y se le hace vigilancia epidemiológica durante 14 días. En tanto, según dijo, en el aeropuerto también se están tomando PCR aleatoriamente a quienes llegan al país.

“Ésta medida del aeropuerto permite que personas se encuentren. Hay muchas situaciones de reencuentro. Personas que tienen que venir a trabajar. Tenemos que equilibrar las necesidades de las personas con las medidas epidemiológicas”, dijo.

Por su parte, el ministro Paris se abrió a una posible modificación: “Una medida no está escrita en piedra y a veces avanzamos y a veces retrocedemos. Si nosotros notamos que hay un aumento sostenido, progresivo, obviamente que nos sentaremos a meditar y a ver si es necesario hacer un cambio”, aseguró.