Con firma cada cuatro meses, en un plazo de un año, quedó el sargento (r) de Carabineros imputado por presuntamente instalar micrófonos en las oficinas de los máximos dirigentes de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).

El caso data de mayo de 2017, cuando la empresa Profacis del exuniformado Rubén Aros Oñate fue contratada por empresas Carozzi y la misma Sofofa para inspeccionar sus dependencias ante sospecha de espionaje.

Durante su inspección habría encontrado micrófonos ocultos en las oficinas de del entonces presidente de la asociación gremial, Hermann von Mühlenbrock, y del ex primer vicepresidente, José Juan Llugany.

Sin embargo, y luego de indagar los hechos, la Fiscalía Metropolitana Oriente determinó que habría sido el propio sargento (r) quien instaló los aparatos electrónicos, por lo que fue formalizado por el delito de estafa frustrada.

Pese esto, este martes se realizó una audiencia de suspensión condicional del procedimiento, donde se determinó que Aros deberá firmar cada cuatro meses ante Carabineros de Viña del Mar para conseguir su sobreseimiento definitivo. Para Aros, aquello demuestra su inocencia.

“Yo no soy responsable, yo no puse los micrófonos. Yo hice un trabajo limpio, honesto, profesional. Encontré unos micrófonos y eso es todo. (…) Obvio que hay un desgaste si imagínate que también resulta que puta uno queda tildado como la persona que pone los micrófonos”, dijo a Radio Bío Bío.

Aros agregó que esto también lo perjudicó en el ámbito laboral con su empresa, ya que fue desprestigiado profesionalmente, pero consultado si presentará alguna acción legal debido al perjuicio que le trajo la indagatoria, lo descartó.