Ante la propuesta de implementar un sistema de reconocimiento facial en salas de clases, el Consejo para la Transparencia (CPLT) apuntó a la responsabilidad que conlleva para el ámbito académico y de la investigación, el adecuado resguardo de los datos personales como derecho fundamental.

La entidad reconoció el avance de un grupo de investigadores de una de las principales casas de estudios del país, en el que se desarrolló un sistema automatizado de control de asistencia que fue testeado en sus salas de clases.

Pero al mismo tiempo, desde el CPLT recordaron que la aplicación de este tipo de tecnologías en la vida diaria de las personas debe responder a una serie de obligaciones, normativas y reglamentos nacionales e internacionales.

Por ello, desde el Consejo plantearon la necesidad de tener una mirada integral en el caso de la formación de futuros profesionales que implementan éstas y otras tecnologías en el país, incorporando conocimientos asociados al resguardo de los datos personales e información de carácter sensible, como es el caso de las características físicas de las personas.

“Tecnologías como ésta y otros avances digitales que se basan en el uso y tratamiento de datos personales, como es el rostro, vuelven a poner el foco en el retraso de nuestro marco legal que nos mantiene en la desregulación en Chile por su antigüedad”, detalló el presidente del CPLT, Marcelo Drago.

El titular de Transparencia, órgano garante del cumplimiento de la actual Ley de Protección de Datos Personales en las instituciones del Estado, explicó el llamado en esta materia que no se limita a convocar a los usuarios a cuidar de sus datos, sino a exigir que las instituciones cumplan con la normativa vigente y que implica el consentimiento expreso de los titulares de los datos, entre otras obligaciones.

“Tenemos que exigir a las empresas que sean leales con sus clientes y a las instituciones a que cuiden los datos personales de sus usuarios. Incluso aún antes de conseguir que se modernice nuestra normativa, se requiere que las empresas y las organizaciones en general se pongan a la altura de los estándares nacionales e internacionales en la materia”, aseveró.

Desde la entidad reguladora recordaron situaciones en que se han visto tratamientos ilegales a datos personales como Facebook y el escándalo de Cambridge Analytica, donde “la aplicación que se usó contaba con una licencia con fines académicos y es una de las afectaciones a los datos personales más emblemáticos de la historia”.