“Que la energía de la leña se transfiera a las viviendas y no a los pulmones de la gente”. Bajo esa premisa, Héctor Becker, experto en termodinámica e investigador penquista, formado en la Universidad Libre de Bruselas y alumno del Premio Nobel 1972 Ilya Prigogine, se propuso diseñar un nuevo tipo de calefactor a leña de combustión lenta, cuyas primeras pruebas han arrojado promisorios resultados.

El rendimiento de este calefactor será próximamente evaluado en los laboratorios del Departamento de Ingeniería en Maderas de la Universidad del Bio Bío, donde dichos análisis pretenden ratificar los resultados positivos de las primeras evaluaciones.

Corma
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“Si bien es cierto que los resultados han sido prometedores y, más aún, por los resultados de pruebas preliminares de calefacciones en habitaciones donde se ha hecho el pilotaje de combustión y confort térmico, aún hay mucho por hacer para entregar a nuestra sociedad un producto totalmente evaluado con mediciones científicas que den garantía de sus bondades en términos de bajo consumo de leña, equilibrio térmico, rendimiento y composición de los gases de la combustión”, señala William Gacitúa, director del Departamento de Ingeniería en Maderas de la UBB.

A juicio de Becker, es posible mejorar sustancialmente la eficiencia energética y el desempeño de los actuales sistemas de calefacción que utilizan madera como combustible en el país.

Con este diagnóstico, el inventor apostó por crear un equipamiento casero, adaptando el diseño de calderas de alta eficiencia de las modernas instalaciones industriales.

¿Una estufa sin humo?

En esta nueva tecnología —a diferencia de los refractarios, que rechazan el calor— su cámara de combustión está conformada por un sistema de tubos cuya disposición logra recuperar la radiación que emite la leña.

Este concepto fue originalmente desarrollado por Spillingwerke en Alemania para elevar la eficiencia de sus calderas de biomasa y perfeccionado por Becker en una serie de proyectos industriales en Centroamérica donde estuvo radicado. El sistema, además, logra quemar una serie de gases como el alquitrán, la creosota y el ácido piroleñoso, presentes en las chimeneas y en el aire de las ciudades del sur.

A este sistema Becker incorporó una cámara de combustión catalítica que permite quemar bien y transmitir al hogar el calor eficiente de “una astilla por hora”.

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“Cuando encendí el prototipo por primera vez, a los pocos minutos, los gases de salida se hicieron traslúcidos. Eso sucede porque antes de alcanzar la temperatura necesaria para producir la conversión catalítica, las celdillas del convertidor dividen los gases remanentes y los mezclan con el aire secundario y las llamas, logrando que en su mayoría se enciendan”, explica Becker.

Y agrega que “nuestro sistema logra quemar tres o cuatro veces menos leña para calentar la vivienda, logrando aportes importantes tanto al usuario como al ambiente y al recurso forestal, pues requiere quemar sólo una pequeña parte del combustible que hoy se emplea, para tener el confort que necesita nuestro hogar”, subraya entusiasmado.

A la fecha, Héctor Becker ha desarrollado dos prototipos de esta innovadora estufa de combustión lenta, y en las dependencias de la maestranza Inti, de Penco, ya prepara otros 10 dispositivos similares que serán soldados con tecnología alemana.

Diseño antiguo, pero eficiente

El profesor William Gacitúa indica que “el diseño de estufa de Becker, que hoy está en etapa de protección intelectual, recoge elementos del diseño antiguo de calefactores, los cuales no eran necesariamente hermosos, pero sí eficientes en la quema de materiales lignocelulosicos de todo tipo y contenido de humedad”.

Por su parte, el académico del departamento de Ingeniería en Maderas de la UBB, Jorge Saavedra, indica que en este centro investigador “próximamente estaremos trabajando en generar las condiciones para comprobar los alentadores resultados de las primeras pruebas de este prototipo”.

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“La idea es tratar de cuantificar y comparar con otras estufas convencionales el nivel de desempeño, monitorear cómo es la eficiencia energética por una parte, los niveles de contaminación. Vamos a tratar de poner toda la ingeniería posible para tratar de mejorar la eficiencia energética y combustión”, agrega el académico de la UBB.

Para ello, Gacitúa precisa que el equipo de investigadores buscará caracterizar la composición de los gases en las distintas etapas de combustión, poniendo atención en el encendido del calefactor que es la etapa de mayor contaminación. También se evaluará el rendimiento de la combustión de la leña con alto contenido de humedad, donde el diseño del prototipo tiene ventajas que se reflejarían en los consumos y composición de los gases.

No más demonización de la leña

Para los investigadores de esta casa de estudios, este proyecto rompe la errada creencia de los efectos contaminantes del empleo de la leña como medio de calefacción doméstica, “por lo que antes de generar restricciones y planes de descontaminación que prioricen otros sistemas, se debe determinar científicamente los reales niveles de eficiencia y emisividad de los equipos de combustión de biomasa existentes en el mercado, incrementando las exigencias en su certificación”, destaca Héctor Becker.

Según explica el inventor de este novedoso equipo de calefacción, esto permitirá quitarle el estigma a la leña y recuperar su empleo como un combustible renovable, económico y amigable con el medio ambiente; de otro modo haría estéril todo proyecto de fabricación de equipos más eficientes y menos emisivos.