“Los resultados en la evaluación no presentan variaciones significativas desde el año 2012, muestran diferencias a favor de las niñas, y presentan brechas asociadas al origen socioeconómico de los estudiantes y a las expectativas de sus padres y apoderados”.

Así se resume la última entrega del Estudio Nacional de Lectura 2° básico, aplicado por la Agencia de Calidad de la Educación (ACE) a 7.349 estudiantes de 260 colegios del país, en el que se ratificó el estancamiento evidenciado en la última entrega del Simce.

De acuerdo al secretario ejecutivo de la ACE, Carlos Henríquez, “las habilidades desarrolladas durante la Educación Parvularia, como las habilidades narrativas orales y las habilidades prelectoras, se asocian a mejores resultados en la evaluación”.

Del mismo modo, también hace hincapié en otro punto hasta ahora poco destacado: en el aprendizaje de la lectura también juega un papel clave la presencia en la escuela de un mayor número de docentes con formación destacada, el tiempo de dedicación a la enseñanza de la lectura en la jornada escolar y el trabajo con grupos focalizados en cada curso.

Y aún más importante, según el estudio, aquello abre paso a que “las escuelas puedan jugar un rol compensatorio en los estudiantes de hogares más vulnerables”.

En tanto, el análisis cuantifica las diferencias en diversos aspectos: 18 puntos de brecha entre el grupo de estudiantes que asistieron a kínder y el grupo que no asistió (251 puntos v/s 233 puntos), en todos los niveles socioeconómicos.

Asimismo, los estudiantes con padres que creen que sus hijos completarán estudios en la educación superior obtienen 27 puntos más que los estudiantes con padres que no presentan estas expectativas (253 puntos v/s 226).

“También es fundamental el apoyo de la familia. El que los padres lean con sus hijos es un predictor de buenos resultados futuros en evaluaciones de Lectura. El grupo de estudiantes a los que les leían antes de 1 básico obtiene en promedio 42 puntos más que aquellos a los que no les leían, lo que claramente influye en las oportunidades de aprendizaje”, explicó Henríquez.

A la luz de los resultados, el ministro de Educación, Gerardo Varela, indicó que el Gobierno promoverá la ley que hace obligatorio el kínder, junto con impulsar un plan nacional de lectura, que contemplará la implementación de bibliotecas en 298 escuelas, además de aumentar el número de libros por niños.

Ignacio Maldonado, director de políticas públicas de Elige Educar, aseguró que se hace urgente impulsar la educación parvularia, para no dañar más profundamente la trayectoria educativa.

En la mayoría de los casos el daño es irreversible. La Agencia de Calidad de la Educación explicó que los estudiantes que registraron problemas de lectura en los primeros años, los seguirán reproduciendo.

Y las cifras son reveladoras: el 70% de los niños con aprendizajes insuficientes en 2 básico, los vuelven a obtener en 4 básico. Y, lamentablemente, sólo el 5% de ellos logra repuntar a un nivel adecuado.