No exento de críticas comenzó ayer el período de tramitación de 10 mil visas humanitarias para ciudadanos haitianos con familiares residentes en Chile, que estén interesados en ingresar a suelo nacional.

Desde la oposición y asociaciones migrantes acusaron un trato discriminatorio y exceso de burocracia, ya que aseguran que tal exigencia no rige para migrantes de otros países.

Algo ante lo cual el Gobierno salió a defenderse esta jornada.

La idea del proceso es reunificar familias, por lo que pueden participar de él cónyuges, convivientes civiles e hijos de haitianos viviendo actualmente en el país.

Para acceder a esta visa humanitaria, quienes tengan su situación migratoria en regla deben redactar una carta certificada y su pariente tendrá que contactarse con la oficina de la Organización Internacional para las migraciones, ubicada en Puerto Príncipe (Haití).

El siguiente paso es acreditar no tener antecedentes penales, someterse a un chequeo de salud para garantizar no ser portador de ninguna “enfermedad infecto-contagiosa” y pagar por la tramitación de estos documentos.

Un proceso que ha sido calificado como discriminatorio por algunos sectores de oposición, lo que fue rechazado por el ministro del Interior, Andrés Chadwick.

En ese sentido, el canciller Roberto Ampuero, defendió la exigencia de presentar un certificado de salud para los interesados en radicarse en nuestro país.

Una opinión que fustigó su antecesor en el cargo, Heraldo Muñoz, quien señaló que no es efectivo que se exija ese tipo de documentos a todos los extranjeros.

El director social del Servicio Jesuita Migrante, Pablo Valenzuela, señaló que este tipo de procesos con excesiva burocracia alientan la migración irregular.

En tanto, el proceso para unificar familias haitianas que comenzó ayer tendrá un costo aproximado de 100 dólares por persona, unos 65 mil pesos chilenos, y anualmente tendrá un tope de 10 mil visas.