Uno de los grandes misterios en torno a Don Quijote de la Mancha, la clásica novela de Miguel de Cervantes (una de las más influyentes de la literatura universal), fue resuelto gracias a una investigación de laUniversidad Complutense de Madrid.

Se trata sobre el nombre del corrector de la segunda parte de la obra, el cual por años fue atribuido a Juan de la Cuesta, uno de los correctores célebres del Siglo de Oro Español, periodo de referencia de la literatura hispanoamericana.

El hallazgo fue de la investigadora Laura Puerto Moro, quien se inmiscuyó en el Archivo Histórico Nacional para dar con los documentos que atribuyen la corrección del libro a Jerónimo de Salazar.

La forma en que lo descubrió se relaciona a un pleito judicial impulsado por la viuda de corrector, María de Quiñones, contra del Hospital de los Desamparados de Madrid, y un documento del mismo de 1633 que asegura que De la Cuesta dejó la ciudad en 1607, por ende, nunca estuvo allí cuando el libro fue publicado (1615).

La confusión se originó a raíz de la aparición de su nombre entre los créditos de la segunda parte, pero el hallazgo lo hizo primero el investigador Jaime Moll, y luego fue ratificado con el trabajo de Puerto. “Ahora se puede corroborar que quien dirigía el taller en su ausencia era Jerónimo de Salazar”, concluyó la misma, en declaraciones que reproduce el matutino mexicano El Universal.

“Juan de la Cuesta es el impresor más popular del Siglo de Oro español precisamente porque su nombre está ligado al Quijote, pero en realidad solo estuvo al frente del taller que lo imprimió cinco años y medio, y nunca como propietario sino como regente”, contó la investigadora.

En el juicio, Jerónimo de Salazar reconoció ser “coreptor de emprenta” (sic), y que se mantuvo en el cargo durante 30 años ininterrumpidos.