Investigadores de la Universidad de Barcelona encontraron evidencia de diez terremotos que afectaron a la región de Aysén hace más de 9 mil años, específicamente cerca del fiordo Aysén, el cual está ubicado a pocos kilómetros de Puerto Chacabuco, Puerto Aysén y Coyhaique; movimientos producidos por la falla Liquiñe-Ofqui.

En el artículo titulado “Una interacción de erupciones volcánicas y terremotos de la corteza y megaterremotos”, publicado en el Journal of Geophysical Research y divulgado por el sitio Phyx; los científicos lograron dar cuenta que, comparando los efectos del sismo de 6,2 que afectó a la zona en abril de 2007, diez terremotos previos a éste dejaron su huella en la zona, e incluso en zonas alejadas como Chiloé.

El sismo de 2007, en específico, dejó tres muertos y los desprendimientos de roca, además, produjeron un tsunami con olas de hasta seis metros, sumado a una serie de daños a infraestructura tanto de corte público como privado.

¿Pero, cómo pudieron determinarlo? Por los derrumbes y sedimentos que estos movimientos telúricos provocaron y esparcieron, los cuales quedaron claramente diferenciados en el terreno peritado por los expertos.

Según indicó la primera autora de este estudio e investigadora predoctoral de la Universidad de Gante, Katleen Wils, los desprendimientos ocurrieron por una razón en específico: terremotos.

“En la región de Aysén, la mayor fuente de amenaza sísmica viene de la falla Liquiñe-Ofqui más que de la zona de subducción (de las placas de Nazca y Sudamericana). “Aquellos terremotos tuvieron intensidades similares a la registrada durante el mayor episodio de 2007, la cual se acercó a IX, correspondiendo a agitación violenta y daño considerable”, precisó Wils.

No obstante, el fiordo se encuentra localizado muy cerca de las placas ya mancionadas, las que generan terremotos de grandes magnitudes, advirtió el encargado de cartografiar para el estudio las huellas geológicas de los deslizamientos submarinos de esta zona, Galderic Lastras.

“El fiordo está cruzado transversalmente por la falla que causa terremoto locales, como el de 2007”, añadió Lastras.

Durante la recogida de datos y evidencia geológica, los investigadores estudiaron porciones de estos sedimentos, los cuales usaron para datar la ocurrencia de estos eventos a través de análisis de radiocarbono.

Con este procedimiento, los investigadores concluyeron que de los diez terremotos en cuestión, seis afectaron a la zona en el periodo comprendido entre el presente y 9 mil años atrás, siendo los otros cuatro más antiguos.

Esta actividad logró conformar el primer registro paleosísmico escrito para el fiordo, documento que no existía hasta el momento. A su juicio, el entender el rango con el cual los terremotos ocurrieron en el pasado es importante “para inferir el que tendrán en el futuro”,

“La investigación geológica es una herramienta esencial para explicar la historia no escrita de los terremotos más violentos que afectaron a una cierta área”, concluyeron en el estudio.