Trabajadores se adherieron a la marcha en el día del trabajador, con el punto inicial en Plaza Italia para luego realizar un recorrido por la Alameda hasta llegar a las calles Santa Rosa con Alonso Ovalle.

Si bien gremios disidentes, como lo es el caso del Colegio de Profesores, la Coordinadora No + AFP y la Confusam, esta vez no marcharon bajo los cánticos de la multisindical y decidieron plegarse a una movilización paralela.

Un conflicto que se agudiza debido a las exigencias de los gremios de incorporar un sistema de voto universal, deslegitimar al actual directorio y dejar fuera la exclusividad del color político.

La presidenta actual de la CUT, Barbara Figueroa, desdramatizó las discusiones, asegurando que se trata de un debate cuando la sociedad enfrenta diversos cambios.

Cambios que no se pueden entablar de la noche a la mañana, según indicó el consejero nacional de la CUT, Jaime Gajardo.

Por su parte, Fabian Caballero, uno de los consejeros Nacionales de la Central, aseguró que es el gobierno que ha incitado al debilitamiento de los trabajadores, respecto a la participación activa de los colores políticos.

La Ministra de Trabajo, Alejandra Krauss, con escuetas declaraciones prefirió no referirse a las diferencias que vive la CUT, abogando por la libertad sindical y que todas las opiniones son diversas y legítimas.

Discurso de la presidenta representante de los trabajadores en Chile, Barbara Figueroa, centrado en el mejoramiento al sistema de pensiones y las condiciones laborales, además de ser enfática en no llegar a un escenario que pueda gobernar la derecha.

Por su parte, la presidenta Michelle Bachelet durante la mañana envió un saludo a los trabajadores y agregó que ha sido el gobierno quien ha emitido avances para dignificar el mundo laboral.

Una movilización pacífica y que terminó sin desmanes, pese a las divisiones internas que giran en torno a la cuestionada representatividad de la actual directiva transitoria de la CUT.