Estados Unidos ordenó este miércoles el retiro de su personal diplomático no imprescindible de la embajada en Bagdad debido a una amenaza “inminente” de las milicias iraquíes con vínculos iraníes, pero el presidente Donald Trump predijo que Irán “querrá hablar pronto” con su país.

Washington y Teherán han dicho que no tienen intención de ir a la guerra, pero las tensiones se han disparado en las últimas semanas y los críticos de Trump dicen que se está precipitando hacia un conflicto.

Numerosos grupos terroristas e insurgentes están activos en Irak y atacan regularmente tanto a las fuerzas de seguridad iraquíes como a los civiles
- Departamento de Estado de EEUU

En una serie de tuits, el mandatario estadounidense intentó mostrar que la situación estaba bajo control, diciendo que no había discordia en la Casa Blanca y que Irán se mostrará dispuesta a negociar.

“Estoy seguro de que Irán querrá hablar pronto”, escribió.

Horas después del anuncio del retiro diplomático, un funcionario del Departamento de Estado se refirió a “las milicias iraquíes bajo el mando y control de los Guardianes de la Revolución”, el ejército ideológico de la República Islámica de Irán, como una amenaza “real”.

“Numerosos grupos terroristas e insurgentes están activos en Irak y atacan regularmente tanto a las fuerzas de seguridad iraquíes como a los civiles”, escribió el Departamento de Estado en una advertencia para los viajeros.

“Las milicias sectarias antiestadounidenses también pueden amenazar a ciudadanos estadounidenses y compañías occidentales en todo Irak”, agregaron las autoridades.

En la tarde del miércoles, fuentes del Departamento de Estado detallaron que hay “múltiples flujos de amenazas directamente relacionadas con Irán”.

El año pasado, Estados Unidos cerró su consulado en la ciudad de Basora, en el sur de Irak, donde impera la ley tribal y abundan los grupos armados, culpando al “fuego indirecto” de las fuerzas respaldadas por Irán y advirtiendo a su rival de represalias por cualquier daño.

Mike Pompeo | Agence France-Presse
Mike Pompeo | Agence France-Presse

El secretario de Estado, Mike Pompeo, realizó la semana pasada un sorpresivo viaje a Bagdad para fortalecer los lazos con Irak mientras despliega su “máxima presión” contra Teherán, archirrival de Estados Unidos pero aliado de Irak.

Pompeo dijo entonces a periodistas que había hecho el viaje por una “escalada de la actividad” de las fuerzas iraníes y afirmó que la amenaza de ataques era “muy específica”.

En Bagdad se reunió con el presidente Barham Saleh y con el primer ministro Adel Abdel Mahdi, con los que conversó de “la importancia de que Irak garantice que es capaz de proteger de manera adecuada a los estadounidenses en su país”.

Implacable

Pero Rusia, un importante puntal de Teherán, considera que la crisis actual se remonta a la decisión de Washington de retirarse del acuerdo nuclear con Irán. El Kremlin expresó sus preocupaciones sobre que las tensiones sigan subiendo.

“Hasta ahora hemos constatado una sostenida escalada de las tensiones en torno a este tema”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, un día después de que Pompeo se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin.

El funcionario dijo que le entristecían las decisiones tomadas por Irán, aunque argumentó que Washington provocó a Teherán.

Con Pompeo no hay garantías
- Portavoz del Kremlin

Irán, gobernado por clérigos chiitas, tiene mucha influencia en su vecino, especialmente en la zona con mayoría chiita del sur de Irak.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, advirtió que Washington respondería de forma implacable a cualquier ataque de Teherán.

El lunes una serie de ataques de origen desconocido en la región del Golfo atizaron la tensión. Ni Arabia Saudita ni los Emiratos Árabes Unidos, dos aliados muy cercanos a Estados Unidos, han precisado la naturaleza de los ataques.

“No hay garantías”

El Pentágono informó que desplegaría varios bombarderos B-52 con capacidad nuclear a la región en respuesta a señales “claras y recientes de que las fuerzas iraníes y sus aliados están elaborando preparativos para un posible ataque a las fuerzas estadounidenses”.

El martes el general británico Chris Ghika, portavoz de su país en la coalición internacional en Irak y Siria, dijo que “no se ha agravado la amenaza que representan las fuerzas proiraníes en Irak y Siria”.

B-52 | Max Pixel
B-52 | Max Pixel

Tanto el líder iraní, el ayatolá Ali Jamenei, como Pompeo han bajado el perfil a los temores de que sus países se encaminen a un conflicto.

Jamenei dijo a los funcionarios iraníes que la pugna “no es de carácter militar porque no va a haber ninguna guerra”.

Pompeo, por su parte, afirmó ante los funcionarios rusos en el balneario de Sochi que Estados Unidos en lo fundamental “no busca una guerra con Irán”.

Peskov advirtió de todas formas a los periodistas “que con Pompeo no hay garantías”, y “que hay una situación obvia que desafortunadamente está en escalada”.