El gobierno de Catar está negociando con los talibanes para reabrir el aeropuerto de Kabul “cuanto antes”, aunque todavía no se ha logrado “ningún acuerdo” al respecto, dijo el jueves el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamed bin Abdelrahman al Thani.

“Confiamos en poder hacer que opere cuanto antes, con suerte en los próximos días recibiremos buenas noticias”, dijo el ministro catarí en una rueda de prensa en Doha.

Doha envió el miércoles un Boeing C-17A Globemaster a Kabul con un equipo técnico. El objetivo es poner en marcha equipos capaces de gestionar el aeropuerto, ya que los talibanes no pueden hacerlo por ellos mismos.

“No hay informaciones sobre la fecha en la que podría estar operativo pero trabajamos duro”, agregó el ministro. Matizó que “todavía no hay ningún acuerdo”.

Un responsable de la aviación civil afgana declaró a la televisión Al Jazeera que Catar comenzaría “pronto” a operar el aeropuerto. “Los vuelos internos comenzarán mañana. Pero para los vuelos internacionales llevará tiempo”.

Catar desempeñó un papel de mediador en el proceso de paz entre el gobierno afgano y los talibanes, antes de que estos tomaran el poder en Afganistán el 15 de agosto.

Doha mantiene desde entonces un vínculo privilegiado con el nuevo régimen islamista instalado en Kabul.

La reapertura del aeropuerto es un tema abordado de forma más o menos explícita por todos los interlocutores que Catar recibió esta semana.

“Es muy importante que los talibanes muestren su compromiso en suministrar una vía segura para los afgano”, explicó Mohamed bin Abdelrahman al Thani.

Vulnerable a atentados

El aeropuerto internacional se encuentra a apenas 5 kilómetros del centro de Kabul y solo cuenta con una pista de despegue. Esto obliga a los aviones a dar vueltas por encima de la ciudad hasta que esta queda libre.

Su situación hace que sea vulnerable a los ataques con mortero y con cohetes, y a otro tipo de atentados. Así lo manifiesto el grupo Estado Islámico de Khorasan (EI-K) el 26 de agosto, tras una explosión que dejó cientos de muertos.

La rama local del Estado Islámico mantiene muy malas relaciones con los talibanes, y la dirección de este grupo prometió que seguirían combatiéndolos sin tregua.

Tras su vuelta al poder 20 años después de haber sido expulsados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, los talibanes tienen ante sí el reto de volver a poner en marcha el país, sus administraciones e infraestructuras básicas.

Por miedo a las represalias, muchos afganos intentan huir del país. Desde el 14 de agosto y hasta la retirada total de Estados Unidos el 31 del mismo mes, más de 123.000 extranjeros y afganos han sido evacuados del país.