Los talibanes están fuera de control en Afganistán, invadiendo distritos uno tras otro. El próximo 31 de agosto no quedarán tropas extranjeras en el país.

Ante el fracaso de las fuerzas de seguridad, la población ha tomado las armas en varias provincias, apoyando al ejército y a la policía en su lucha contra los talibanes.

Los combates se multiplican en todo Afganistán. Desde mayo, los talibanes intensifican sus ofensivas contra las fuerzas gubernamentales aprovechando que las tropas extranjeras han iniciado su retirada definitiva del país.

Ante la derrota de las fuerzas afganas, miles de afganos han tomado voluntariamente las armas para luchar contra los talibanes.

En el norte de Kabul, una nueva milicia de autodefensa se creó hace unas semanas. Radio Francia Internacional conversó con Yasin, un afgano de 40 años, chofer de una organización no gubernamental, quien ha sido designado para dirigir a los hombres locales en la batalla.

Cuenta que cada día reclutan nuevos voluntarios. “Estaremos listos para el momento en que el gobierno y las fuerzas de seguridad nos pidan que luchemos a su lado. No los defraudaremos. Estamos dispuestos a defendernos a nosotros mismos, a nuestro honor, a nuestra tierra y a nuestra nación”, explica con orgullo.

Puestos de combate de la era soviética

Ali, por su parte, sólo tiene 16 años. Dice que está preparado para tomar las armas y escucha atentamente a Yasin, que pasó tres años en el ejército hace unos 30 años. “¿Se activarán los antiguos puestos de combate?”, le pregunta al veterano.

“Queremos activar los puestos de control que se establecieron durante la guerra civil y durante la época de la invasión rusa. A esos puestos enviaremos personas bien formadas. Todos estarán entrenados para que no tengan ningún problema durante los combates. Te enseñaremos a usar las armas”, le responde Yasin.

Los talibanes están ya a las afueras de Kabul. Muchos temen que intenten tomar el poder por la fuerza una vez que las tropas extranjeras se marchen el 31 de agosto.

Yasin no quiere que su país sea gobernado por fundamentalistas religiosos, los mismos que causaron estragos cuando estuvieron en el poder entre 1996 y 2001, antes de la intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos.

¿Un nuevo bando del conflicto?

“Cualquiera puede luchar contra ellos, ya sea joven o viejo, mujer u hombre. Sólo tienen que estar preparados para defender su país contra estos extranjeros. Les daremos armas legales, pero no ilegales. Todas estas armas están registradas en las fuerzas de seguridad”, explica el reclutador. Espera conseguir armas del gobierno mediante sus contactos en la fuerza pública para distribuirlas a sus vecinos.

Ante este fenómeno muchas voces en el país se han elevado para manifestar su preocupación por lo que estas milicias de autodefensa puedan llegar a convertirse. Temen que se vuelvan un nuevo bando del conflicto afgano.