El embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, ferviente defensor de las colonias judías en Cisjordania, va a ser un personaje central en el controvertido proceso de anexión de zonas de Cisjordania, previsto en el plan de Estados Unidos, que él quiere acelerar.

Según algunos expertos, Friedman -judío ortodoxo e hijo de rabino- ha alentado al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a llevar a cabo rápidamente las anexiones, incluso más velozmente de lo que quisiera la Casa Blanca.

Friedman, un abogado de 61 años, fue un entusiasta apoyo del traslado en 2018 de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, así como de las colonias israelíes en Cisjordania -territorio palestino ocupado desde 1967- que la comunidad internacional considera ilegales.

En cuanto asumió su cargo, Friedman aseguró que Israel tenía el “derecho” de anexionar territorios de Cisjordania.

También tiene Friedman una larga relación con el presidente Donald Trump, a cuyas empresas representó en procedimientos de quiebra.

El controvertido plan de Trump para Medio Oriente prevé la anexión por Israel de cerca del 30% de Cisjordania, incluídas colonias judías, como parte de un amplio abanico de propuestas, que incluyen negociaciones con los palestinos para su futuro Estado.

Divergencias

Sin embargo, Jared Kushner, arquitecto de este plan y yerno del presidente Trump, se ha distanciado públicamente de las prisas del embajador en proceder a las anexiones.

En efecto, en el seno de la administración de Washington, se oponen dos visiones de la anexión, una defendida por Kushner y otra por David Friedman, en opinión de Michael Oren, exembajador israelí en Estados Unidos.

Kushner considera que si Israel actúa de forma unilateral en la anexión, puede alienarse el apoyo de varios actores regionales, sobre todo los Estados árabes del Golfo que, según el plan, son responsables de apoyar financieramente a un futuro Estado palestino.

Friedman, por su lado, quiere según Oren que se lleve ya a cabo la anexión prevista en Cisjordania, independientemente de lo que está previsto en el resto de plan, que es rechazado íntegramente por los palestinos.

Y según los expertos el diplomático estadounidense está alentando al gobierno israelí a proceder rápidamente.

El ejecutivo israelí debía, según un acuerdo de coalición entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y Benny Gantz, su socio gubernamental, pronunciarse a partir del 1 de julio sobre la implementación del plan, que prevé la creación del Estado palestino sobre un territorio cuarteado y disperso.

Moderar impulsos

Pero ninguna medida se ha tomado desde el 1 de julio pues, según la prensa israelí, Netanyahu ha debido moderar sus impulsos anexionadores ante las reticencias en Washington.

“Las intenciones de Friedman, obnubilado por la anexión, no son compartidas por la mayoría de sus colegas en Washington”, afirma a la Agence France-Presse Nitzan Horowitz, diputado israelí de oposición y jefe del partido de izquierda Meretz, que cita como fuentes varios responsables extranjeros e israelíes.

La embajada de Estados Unidos en Israel se abstuvo de hacer cualquier comentario al respecto.

“Friedman es procolonias y proanexión” pero sus motivaciones son en parte estratégicas, precisa Oren. Según Friedman, “es necesario empezar a aplicar el plan” y llevar a cabo las anexiones para poner en marcha el proyecto, pues “si no es así, va a morirse como cualquier otro plan de paz”, interpreta Oren.