En Cisjordania, algunos colonos se unen a los palestinos a la hora de criticar el proyecto de Israel de anexionar zonas de este territorio ocupado, que según ellos amenaza la reconciliación por la que militan desde hace años.

Jaled Abu Awad y Shaul Judelman viven a pocos kilómetros de distancia, al sur de Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde hace 53 años.

El primero es un palestino de Belén, el otro un israelí de la colonia judía de Tekoa, considerada ilegal por el derecho internacional, igual que las demás implantaciones israelíes.

Ambos dirigen el movimiento Shorashim-Judur (“Raíces” en hebreo y árabe), fundado en 2014 con la ambición de propiciar el diálogo entre israelíes y palestinos en Cisjordania.

Según ellos, la anexión deseada por Israel de partes del territorio palestino y de colonias israelíes sería “una agresión (…) contraria al principio del respeto mutuo” que consideran “esencial para garantizar la paz y la seguridad en esta tierra y en la región”, según un comunicado conjunto.

El local de Shorashim-Judur está ubicado en el Gush Etzion, un bloque de 25 colonias israelíes establecido cerca de la ciudad palestina de Belén.

Según algunos observadores, este bloque de colonias podría estar entre las primeras en ser anexionadas por Israel.

En una terraza rodeada de olivos, Abu Awad considera que “la anexión sería una declaración de guerra que podría conllevar violencia”.

“Sería un gesto unilateral, que agravaría el conflicto” afirma.

Desencuentro

Sentado junto a él, en una silla de plástico, Shaul Judelman estima que “hay que cesar de impulsar hacia la separación”

“Tenemos una generación de israelíes que jamás ha conocido a palestinos, y a una generación de palestinos que solamente ha visto a soldados israelíes”,
se lamenta este rabino, que lleva la gran ‘kippa’ de los judíos religiosos.

Para este colono, “los acuerdos de paz de Oslo [firmados en 1993] han separado a israelíes y a palestinos, al decidir que unos estarían aquí y otros allá”.

Dichos acuerdos dividieron Cisjordania entre tres zonas, A, B y C.

Las dos primeras representan 40% del territorio y están principalmente bajo control palestino, mientras que la zona C (60%) se halla bajo control militar y civil israelí.

“Las cosas no pueden funcionar así” ya que según Judelman, tanto los israelíes como los palestinos están “vinculados la totalidad de esta tierra”.

En su comunicado, los dos hombres critican la posición del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que descartó la opción de otorgar la ciudadanía israelí a los palestinos que se hallarían en las tierras anexionadas.

“Un proyecto que no hace primar la igualdad de derechos que merecen cada palestino y cada israelí no nos acercará, sino que nos alejará”, escriben ambos.

Según el acuerdo de gobierno de unión firmado esta primavera boreal, Israel debía pronunciarse a partir del 1 de julio sobre la aplicación del proyecto de anexión de las colonias israelíes y del valle del Jordán.

Este proyecto fue presentado en el marco de una solución al conflicto israelo-palestino presentado por la administración estadounidense de Donald Trump, gran aliado de Benjamin Netanyahu.

Ante las numerosas críticas que el proyecto suscita en el extranjero, varios observadores consideran que el gobierno israelí intentará ganar tiempo.

“No basta con oponerse a la anexión, la gente de ambos lados debe unirse” recuerda Shaul Judelman. “Pero son necesarias personalidades políticas valientes para romper la cortina de hierro entre nuestras sociedades”.