Este martes se llevó a cabo el desfile militar del Día de la Victoria en la plaza Roja con la presencia del presidente ruso, Vladímir Putin, y algunos líderes de repúblicas postsoviéticas, rodeados de estrictas medidas de seguridad por miedo a actos de sabotaje ucranianos.

En un intento de evitar el completo aislamiento del jefe del Kremlin, a último momento fueron invitados los líderes de varias repúblicas exsoviéticas hasta sumar siete mandatarios, entre los que el más destacado fue el principal aliado de Rusia en Ucrania, el bielorruso Alexandr Lukashenko.

Deslucido desfile

Unos 10.000 soldados, incluido más de medio millar de combatientes en Ucrania, desfilaron por el empedrado de la plaza. Para tener una idea, en 2020, en pleno auge de la pandemia, el desfile contó con unos 13.000 efectivos.

No obstante, el desfile estuvo más bien deslucido debido a las estrictas medidas de seguridad adoptadas por el temor a los sabotajes ucranianos.

Vladimir Putin
Agencia EFE

Rusia mostró los tanques T-72, T-34 y T-14, baterías antiaéreas S-400 y misiles de crucero Iskander que aterrorizan al país vecino, además de los cohetes intercontinentales Yars.

Sin embargo, a diferencia de ocasiones anteriores, este año la parada militar no incluyó aeronaves.

Sistemas de misiles antiaéreos S-400 frente al Kremlin
Sistemas de misiles antiaéreos S-400 frente al Kremlin | EFE

También se canceló el Regimiento Inmortal, la tradicional marcha con retratos de los caídos, acto en el que participa siempre Putin, ya que el riesgo era demasiado grande.

La primera parada de la victoria se celebró en 1945 tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, aunque no fue hasta 1995 que el Kremlin decidió por ley celebrarla anualmente.

Marcha en plena invasión

Pese a las hostilidades, Putin felicitó por el Día de la Victoria al pueblo ucraniano, pero no a su presidente, Volodímir Zelenski.

La parada militar se celebra sin victorias en el campo de batalla ucraniano, donde los mercenarios de Wagner no han podido cumplir su promesa de tomar el bastión de Bajmut, en el Donbás.

El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, en su paso por el desfile militar del Día de la Victoria
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, en su paso por el desfile militar del Día de la Victoria | EFE

Mientras, las autoridades rusas han reconocido menos de 6.000 bajas en sus filas en los combates en Ucrania, aunque fuentes independientes hablan de un mínimo de 20.000 muertos en lo que va de “operación militar especial”.

Aislamiento del Kremlin

Desde el 60 aniversario de la victoria (2005), cuando al desfile asistió el presidente de EEUU, George W. Bush, la lista de invitados se ha ido reduciendo hasta desaparecer completamente los líderes occidentales.

El líder ruso no dudó en aludir en su discurso a Ucrania, que vive, en su opinión, una “catástrofe”, pero no por la intervención militar lanzada por Rusia en febrero de 2022.

“Es rehén de un golpe de Estado, del régimen criminal instaurado como consecuencia y de sus amos occidentales. Es moneda de cambio en la realización de sus crueles y lucrativos planes”, aseveró.

En un paso sin precedentes, el Kremlin cerró la plaza Roja al público durante dos semanas, decisión tomada antes de que dos drones supuestamente ucranianos dañaran la pasada semana la cúpula del palacio del Kremlin donde Putin tiene su despacho.

Además, por ese mismo motivo más de una veintena de ciudades de la parte europea de Rusia, incluida la anexionada península de Crimea, cancelaron la parada, que sí se celebró en las principales ciudades de los Urales y Siberia.

Vladimir Putin pronuncia su discurso en el Día de la Victoria
Vladimir Putin pronuncia su discurso en el Día de la Victoria | EFE