Bruselas evitó pronunciarse sobre la renuncia de varias selecciones europeas a que sus capitanes lleven el brazalete arcoíris en apoyo de la comunidad LGBTI, después de que la FIFA les amenazase con iniciar sus partidos con una tarjeta amarilla, en vez de sancionarles económicamente.

La Comisión Europea evitó este lunes denunciar las presiones de la FIFA para vetar a última hora los brazaletes arcoíris en el Mundial de fútbol de Qatar, bajo amenaza de expulsar a los jugadores que lo porten, y se limitó a mostrar su apoyo a la causa detrás de la iniciativa de ocho selecciones europeas para respaldar a la minoría LGTBIQ en Qatar.

En rueda de prensa desde Bruselas, la portavoz de la Comisión fue interrogada por el asunto de los brazaletes especiales que capitanes de ocho selecciones, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Suiza, Gales, Francia, Dinamarca y Alemania, querían llevar durante la competición como señal “contra la discriminación y a favor de la diversidad” y que la FIFA sugirió que puede acarrear sanciones contra los futbolistas que los luzcan.

“No podemos hacer una declaración, no tenemos competencias sobre esto, pero podemos decir que es muy importante el significado detrás de los brazaletes arcoíris. Es algo reconocido por los europeos y por el resto del mundo”, manifestó la portavoz comunitaria Dana Spinant.

Asimismo, Spinant defendió la participación del vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en la inauguración del torneo, asegurando que fue invitado por sus responsabilidades en política de Deporte de la Comisión Europea.

Durante su visita a Qatar, el comisario griego destacó al país como el primero árabe y el más pequeño en acoger un mundial de fútbol, acotando que éste cumplió con las reformas y merece un éxito global. “El modelo deportivo europeo es una inspiración para todos”, afirmó.

En la misma línea, el portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano, señaló que Qatar es el primer país de la región que fija un salario mínimo para migrantes y el primero que abandona el sistema de ‘kafala’, un mecanismo de patrocinio de migrantes que da a empresas privadas un control casi total sobre el empleo y el estatus migratorio de los trabajadores migrantes.

Stano insistió en que Qatar debe, eso sí, seguir trabajando para abordar retos como mejorar las condiciones de vida de los migrantes, su acceso a la justicia, a salarios dignos y que haya una inspección de trabajo efectiva. En este sentido, valoró que la UE cuenta con los foros y plataformas para hacer seguimiento a estas cuestiones y contactar con las autoridades del país del Golfo.