miles de jóvenes se han manifestado en las calles y en los centros educativos de Irán retirando su velo e incluso quemándolo en público, a la vez que cortan su cabello e insultan al ayatolá Alí Jamenei y a los demás integrantes del Gobierno.

El pasado martes 4 de octubre, durante el debate sobre las protestas en Irán, la diputada sueca Abir Al- Sahlani cortó su cabello en la sede del Parlamento en la ciudad francesa de Estrasburgo.

Al grito de “¡Mujeres, vida, libertad!” denunció la muerte de la joven Masha Amini a manos de la Policía de la Moral el pasado 16 de septiembre en Teherán, la capital de Irán.

“Los pueblos y los ciudadanos de la Unión Europea demandan un cese categórico e inmediato de toda violencia contra mujeres y hombres de Irán”, así iniciaba su discurso.

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El corte de mechones de cabello se ha convertido en un símbolo de las protestas en Irán.

Son muchas las mujeres en el mundo que han realizado esta práctica. En las manifestaciones a nivel global se ha visto a mujeres de Grecia, Turquía, Italia o Argentina siguiendo el ejemplo.

Además, en los últimos dos días se ha abierto un nuevo frente en las protestas: niñas de colegio y estudiantes de institutos.

La protesta de la diputada sueca y otras miles de mujeres

“Mujer, vida, libertad”, gritaban las estudiantes en un colegio de la ciudad de Sanandaj, en el Kurdistán iraní, mientras ondeaban sus velos, según un vídeo publicado por activistas sin verificar.

En la ciudad de Karaj, en la provincia de Alborz, jóvenes estudiantes lanzaron sus velos a un profesor.

“No queremos la República Islámica” y “que se pierdan los clérigos”, gritan estudiantes de instituto en otros vídeos.

En ciudades como Teherán, manifestantes han marchado por las calles, mientras sonaban los cláxones de los coches en señal de apoyo, según vídeos en los que se aprecian que se trata de calles iraníes, las matrículas son del país y el acento es de la zona.

Estas nuevas protestas son más tranquilas que las batallas campales de días pasados, pero si sucediese una tragedia en uno los colegios las consecuencias serían impredecibles.