El presidente de Rusia, Vladímir Putin, inspeccionó este martes en el Lejano Oriente ruso los ejercicios militares Vostok-2022, que se producen en el séptimo mes de la intervención bélica en Ucrania y tienen lugar con un despliegue muy inferior al de la edición anterior de hace cuatro años.

El presidente ruso, Vladimir Putin, viajó este martes al extremo oriente de Rusia para presenciar unas maniobras militares de gran envergadura con varios países aliados, incluido China, en momentos en que Moscú busca un acercamiento con Asia ante las sanciones occidentales.

Rusia se encuentra cada vez más aislado debido a las tensiones con los países occidentales, que multiplican las sanciones desde que Moscú comenzó la operación especial en Ucrania el 24 de febrero.

Sometido a una letanía de sanciones sin precedentes de Washington y Bruselas, Putin ha buscado acercarse a países de África, Sudamérica y Asia, especialmente China.

El mandatario presenció las maniobras militares llamadas Vostok-2002, realizadas en varios campos de entrenamiento del extremo oriente ruso y en aguas de su litoral este, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a agencias locales.

Putin se reunió en el campo militar de Sergueievski con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y el jefe del estado mayor, Valeri Guerassimov, y tiene previsto observar posteriormente la fase final de los ejercicios, indicó Peskov.

Las maniobras militares comenzaron el 1 de septiembre y se extenderán hasta el miércoles 7 con más de 50.000 soldados y más de 5.000 unidades de equipo militar, incluidos 140 aviones y 60 buques.

Entre los 15 países participantes hay varios vecinos de Rusia, así como Siria, India y su aliado clave China. Se trata del mayor número de países participantes en toda la historia de estos ejercicios, que comenzaron a celebrarse en 2003.

Entre el personal militar implicado en las maniobras hay más de 2.000 militares de Argelia, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Birmania, China, la India, Kazajistán, Kirguistán, Laos, Mongolia, Nicaragua y Tayikistán.

A la vez, la cantidad de los observadores en los “juegos de guerra” supera a las 170 personas, que representan a más de 35 países, según el Ministerio de Defensa ruso.

La última vez que Rusia efectuó maniobras de este tipo fue en 2018.

Despliegue ruso menor

En unas imágenes difundidas por el Kremlin, se puede ver al mandatario ruso observando las maniobras con unos binoculares en un centro de mando del campo de entrenamiento Serguéievski, en la provincia oriental rusa de Primorie.

Como resultado de las operaciones ensayadas en las maniobras, “el enemigo fue derrotado”, indicó el Ministerio de Defensa acerca de la última fase del simulacro, observada por el presidente ruso.

Sin embargo, los Vostok-2022 cuentan únicamente con una sexta parte de los militares que tomaron parte en los mismos hace cuatro años.

Y es que en Vostok-2018 llegaron a movilizarse más de 300.000 militares, lo que convirtió esos ejercicios en la mayor exhibición de fuerza por parte de Rusia desde los tiempos de la Guerra Fría.

Al igual que la actual edición, los Vostok-2018 fueron supervisados por Putin, que acudió en aquella ocasión al polígono militar de Tsogul, en una zona fronteriza con China y Mongolia.

El Foro Económico Oriental

La visita de Putin al extremo oriente continuará el miércoles en la ciudad portuaria de Vladivostok, donde deberá dirigirse al Foro Económico Oriental.

Más de 5.000 personas participarán en el foro de cuatro días que comenzó el lunes con una gran delegación de China, según el Kremlin.

En la sesión plenaria del foro, Putin se encontrará con el legislador chino Li Zhanshu, número tres en la jerarquía del gobierno chino.

Li es la autoridad del Partido Comunista de China de más alto rango en viajar a Rusia desde la intervención militar de Moscú en Ucrania.

Relación “sin límites”

“Las relaciones Rusia-China de asociación integral y cooperación estratégica se están desarrollando progresivamente”, señaló el Kremlin en un comunicado previo al encuentro de Putin con Li.

Citó también “el abordaje equilibrado de China ante la crisis en Ucrania y la “comprensión” de Pekín de los motivos de la ofensiva rusa.

Pekín y Moscú se han acercado en los últimos años, fortaleciendo la cooperación como parte de lo que denominan una relación “sin límites”, en la que se ven como un contrapeso a la hegemonía mundial estadounidense.

China se ha negado a condenar la campaña militar rusa en Ucrania y ha criticado las sanciones occidentales y la venta de armas a Kiev, lo que tensó las relaciones de Pekín con Occidente.

Las tensiones se intensificaron durante la visita en agosto de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, la isla de gobierno autónomo que China considera parte de su territorio.

Moscú se solidarizó con Pekín durante la visita de Pelosi, que irritó a China.

En el foro económico, Putin tiene previsto reunirse con el jefe de la junta militar de Birmania, Min Aug Hlaing.

Rusia y China han sido acusados de armar a la junta birmana con armas usadas para atacar civiles desde el golpe de estado del año pasado.

Entre tanto, en Moscú, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, quien en agosto visitó Birmania y Camboya, recibe el martes a su par tailandés, Don Pramudwinai.

Posteriormente, la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái programada para el 15 y 16 de septiembre en Uzbekistán, podría ser una nueva oportunidad para que Rusia y China afiancen sus vínculos.

Estaría prevista una reunión presencial entre Putin y el presidente chino, Xi Jinping, quien no ha salido de China desde 2020 por la pandemia del coronavirus.

Los dos gobernantes se reunieron en Pekín en febrero antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno, días antes del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania.