Nicola Sturgeon renovó su compromiso con la independencia de la nación británica lanzando una nueva campaña en una conferencia de prensa el martes. En el anterior referéndum, celebrado en 2014, el 55% de los escoceses votó por la permanencia en el Reino Unido.

La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, espera un nuevo referéndum para finales de 2023. Pero antes de que eso ocurra, la Primera Ministra quiere reabrir el debate: cree que la situación de la nación británica ha cambiado desde la votación de hace ocho años

“Después de todo lo que ha pasado: Covid, Boris Johnson, las muchísimas implicaciones de un Brexit que no hemos votado… Es el momento de hablar de la independencia y luego de elegir”, dijo.

“El Brexit nos ha sacado de la UE y del mercado único en contra de nuestra voluntad, con un daño enorme al comercio, las condiciones de vida y los servicios públicos”, afirmó.

“En este momento crucial (…) ¿seguimos atados a un modelo económico y social británico que nos limita a resultados económicos y sociales decepcionantes, que probablemente empeoren en lugar de mejorar fuera de la Unión Europea?”, cuestionó.

“¿O por el contrario levantamos la vista con esperanza y optimismo y nos inspiramos en países comparables de toda Europa?”, agregó.

Su gobierno está empezando a publicar libros blancos sobre la independencia, centrados en la moneda, la seguridad social, la pertenencia a Europa y la comparación con diez vecinos de tamaño similar, como Irlanda, Suiza y Finlandia.

“La evidencia es clara de que estos países, la mayoría de los cuales no tienen los ricos recursos naturales que tiene Escocia, ahora, pero desde hace tiempo, tienen mejores indicadores que el Reino Unido. Como demostramos, todos son más ricos y más justos que el Reino Unido. En comparación con estos países, la Escocia controlada por Westminster ve frenado su potencial”, dijo la primera ministra de Escocia.

Nicola Sturgeon pide a Boris Johnson que sea demócrata. El primer ministro británico se opone firmemente a la idea de permitir la celebración de un referéndum. Edimburgo no contempla la posibilidad de llevar a cabo un referendo ilegal.