Kazajistán cifró hoy en 225 el número de muertos y en más de 4.500 los heridos en las violentas protestas que sacudieron la semana pasada la nación centroasiática.
Un total de 225 personas murieron y más de 4.500 resultaron heridas en las violentas protestas que sacudieron la semana pasada Kazajistán y que las fuerzas de seguridad kazajas reprimieron en una operación “antiterrorista”, informó hoy la Fiscalía General de este país centroasiático.
Entre los muertos hay “bandidos armados” que participaron en los ataques contra edificios oficiales y contra agentes de los cuerpos de seguridad, además de 19 policías y militares y civiles, señaló en una rueda de prensa el jefe del Servicio de Enjuiciamiento Penal de la Oficina de la Fiscalía General de Kazajistán, Serik Shalabáev.
Los 225 cadáveres fueron “transportados a las morgues del país”, señaló para justificar esta cifra en el recuento oficial.
Shalabáev indicó que hasta el momento además “se han identificado 4.578 víctimas, de los que 4.353 estaban heridas, incluidos 3.393 miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad”.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, escribió ayer, viernes, en Twitter que durante “los trágicos acontecimientos de enero” se arrestó “aproximadamente a 2.000 personas por diferentes delitos”.
Los disturbios estallaron el pasado día 2 por el alza del precio del gas licuado, utilizado en el país como alternativa barata a la gasolina- y el consiguiente estado de emergencia,
El recuento que iban proporcionando las autoridades ascendía, sin embargo, hasta ahora a más de 10.000 detenidos.
Las protestas, alentadas por el descontento social con la élite política y económica del país y la corrupción, devinieron en disturbios pocos días después de haber estallido.
Autoridades acusaron intento de Golpe de Estado
Las autoridades kazajas han justificado su decisión de sofocar por la fuerza las protestas, debido a la supuesta presencia de 20.000 insurgentes, terroristas internacionales y bandidos armados que, según Tokáyev, intentaron perpetrar un golpe de Estado.
Hasta ahora el presidente kazajo no ha presentado pruebas de sus afirmaciones.
“Aquellos que cometieron graves delitos serán castigados de acuerdo con la ley”, escribió en inglés en su cuenta, en la que aseguró que se distinguirá entre los manifestantes violentos y los pacíficos.
“En cuanto a los demás, he dado instrucciones a la Fiscalía General para que determine la naturaleza y responsabilidad de sus delitos. En el caso de que se establezca que no existen circunstancias agravantes, tomaremos medidas para mitigar la sanción”, prometió el mandatario.
La Fiscalía sostuvo hoy que está investigando 546 casos penales en el marco de las protestas, incluidos 44 por supuestos actos de terrorismo, 34 por disturbios y 15 por homicidio.
Un total de 672 sospechosos de delitos se encuentran en centros de detención temporales.
Unas cien personas fueron puestas en libertad por falta de pruebas en su contra, añadió Shalabáev.