Antes de una maniobra militar en el Mar Negro, Rusia utilizó por primera vez munición real para disuadir a un buque de guerra de la OTAN. El nuevo enfrentamiento entre Rusia y Occidente está llegando a un punto crítico.

Primero fue el uso de granadas y bombas rusas contra un buque de guerra británico. Ahora, la gigantesca maniobra “Sea Breeze”, bajo el liderazgo de Estados Unidos y Ucrania, en la que participan más de la mitad de todos los países de la OTAN.

El Mar Negro, que en la conciencia de la opinión pública era desde hace tiempo más bien marginal a nivel geopolítico, ocupa actualmente los titulares de todo el mundo.

En este momento, es la región más peligrosa en los nuevos tiempos de tensión entre Rusia y Occidente, en la cual tampoco se puede descartar que se produzcan confrontaciones directas entre ambas partes.

Eso se hizo evidente durante el incidente en torno al destructor británico “HMS Defender”. El barco de guerra se encontraba en camino desde el puerto ucraniano de Odessa hacia Georgia, y cruzó aguas territoriales ucranianas ante la península de Crimea.

El Ejército ruso intentó disuadir al destructor británico de su curso; también utilizó granadas y bombas, que explotaron en las inmediaciones del buque de guerra. Desde la anexión de Crimea en 2014, Rusia no solo ha afirmado que la península es territorio ruso.

También reclama las aguas territoriales ucranianas circundantes como propias, en contra del derecho internacional.

Fue la primera vez desde el final de la Guerra Fría que Rusia utilizó deliberadamente la fuerza de las armas contra el ejército de la OTAN, poniendo así a prueba la determinación de la alianza del Atlántico Norte de defender el derecho internacional al menos en el mar.

No hubo perjuicios ni para personas ni para el buque de guerra británico en el incidente.

En Moscú, sin embargo, representantes del gobierno, incluido el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguei Ryabkov, anunciaron que Rusia atacaría también en el futuro a los invasores en el área marítima militarmente y de manera directa si las advertencias no ayudaban.

Zona de amortiguación

Un escenario como ese podría convertirse en realidad durante la maniobra militar “Sea Breeze”. En este ejercicio militar liderado por EEUU y Ucrania toman parte un total de 32 países.

En la maniobra participan cerca de 5.000 soldados, 32 buques de guerra, 40 aviones militares, así como 18 comandos especiales. “Sea Breeze” se lleva a cabo todos los años desde 1997, pero la de este año es la de mayores dimensiones.

Todavía no queda claro si se realizarán también ejercicios en los territorios que reclama Rusia ante Crimea, o las cercanías.

Lo que hoy se asemeja a una pulseada político-militar es, en realidad, un conflicto mucho más serio y profundo, que no comenzó recién desde la anexión de Crimea.

Rusia reclama la soberanía en la región y la necesita para acceder al Mar Mediterráneo. Además de las regiones del Cercano Oriente y el norte de África, pero también como zona de amortiguación contra Occidente.

Las mayores víctimas de esta política son Ucrania y Georgia, que tuvieron que pagar las guerras y anexiones iniciadas o llevadas a cabo por Rusia con miles de muertos.

Y no parece que fueran a recuperar los territorios de sus países que fueron divididos o anexados.

Tropas rusas habían detenido el barco y lo abordaron por la fuerza de las armas.

También otros países que limitan con el Mar Negro se ven afectados por la política agresiva de Rusia, como Bulgaria y Rumania, o la República de Moldavia, que no linda directamente con el Mar Negro.