El opositor ruso Alexei Navalny, envenenado en agosto, instó el miércoles a los europeos a dar un paso más allá en sus sanciones contra Rusia prohibiendo la estancia en su territorio “de oligarcas y funcionarios importantes” cercanos al presidente Vladimir Putin.

“Las sanciones contra todo el país no funcionan. Lo más importante es prohibir la estancia de aquellos que se benefician del régimen y congelar sus fondos. Los oligarcas y los funcionarios importantes, el círculo más cercano de Putin”, dijo en una entrevista con el diario alemán Bild.

El opositor consideró que esta élite “asesina a la gente porque quieren seguir en el poder”.

“Desvían dinero, roban miles de millones y el fin de semana se van a Berlín o a Londres, compran apartamentos caros y se sientan en los cafés”, dijo.

Tras el envenenamiento sufrido por Navalny, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, mencionó la posibilidad de tener una “ley Navalny” que sirviera para nuevas sanciones contra Moscú. Alemania también dijo que iba a reflexionar sobre medidas punitivas.

La cuestión de las sanciones volverá a adquirir importancia después del anuncio, el martes por parte de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), de que una sustancia del tipo Novichok había sido encontrada en el organismo de Navalny. Tres laboratorios europeos ya habían concluido que el activista había sido envenenado con esta sustancia neurotóxica del tipo Novichok, concebida con fines militares en la época soviética.

Incansable activista de la lucha contra la corrupción, Navalny, de 44 años, se sintió mal repentinamente a bordo de un avión en Siberia el 20 de agosto. Tras ser internado con urgencia en Rusia fue trasladado a Alemania, donde pasó un mes en el hospital y sigue recuperándose.

Según los allegados de Navalny, se encontraron restos de Novichok en una botella de agua recogida en su habitación de hotel en Siberia, donde estaba en campaña para apoyar a los candidatos a unas elecciones locales.

Las autoridades alemanas reaccionaron al anuncio de la OPAQ diciendo que “el uso de armas químicas es un acto grave que no puede quedar sin consecuencias”.

Según Navalny, el uso de armas químicas en el extranjero debe preocupar a los occidentales. “Aunque sí tenemos noticias de ataques químicos que fracasaron, no tenemos ninguna idea de los asesinatos cometidos“, dijo.

El opositor también criticó duramente al excanciller alemán Gerhard Schröder, empleado por una filial del gigante ruso Gazprom y cercano a Putin, al que reprochó cobrar “dinero secreto” “robado” a la población rusa.